Sí sí, como lo estáis leyendo. Mi Wonderwoman personal. ¡Increíble pero cierto! ¡Persiguió al ladrón! Ojalá yo con los ovarios tan puestos como los de ella. ¡Amén hermana!

Nunca habría dicho cuando fui a cenar con una amiga, que me llevaría un buen susto, que habría un ladrón más entre rejas, que cenaría gratis y que invitaría a cervezas a mi heroína.

Todo comenzó como un día normal. Habíamos quedado en un sitio del centro para cenar. Ya habíamos estado allí antes y nos encantaba. Chic, acogedor y moderno. Tienen tanto terraza como interior y en esta ocasión nos sentamos dentro.

Como soy una persona bastante desconfiada y muy controladora con mis cosas, siempre intento poner el bolso, móvil, llaves… etc en un lugar visible o atado. Pero en esas sillas no había cojones de atar nada. Eran tan modernas que por no tener no tenían ni un huequito ni nada donde colgar el bolso. Prácticamente eran unos mini silloncitos cucos.

Por lo que solo se me ocurrió ponerme el bolso justo debajo del asiento entre mis pies, de tal manera que, al estar tocándolo en todo momento, sabía que estaba ahí.

El móvil, por otro lado, lo tenía encima de la mesa como de costumbre. Al final, aunque no lo quieras usar durante la cena, por una cosa o por otra acabas cogiéndolo para enseñar una foto, un lugar o el fondo de pantalla con tu perro. Pero igualmente nunca lo dejo al alcance de cualquiera, sino más bien en el centro de la mesa, bien a la vista. (Ya os dije que soy muy controladora con mis cosas).

En fin, nos pusimos a cenar y al pedir la cuenta, fui a coger mi bolso. Como os imaginaréis por el título, mi puñetero bolso no estaba. Me lo habían robado. Y sí, desde el minuto uno que no lo vi en mis pies sabía que lo habían hecho.

O sea, no le habían podido salir patas, ni había ninguna mesa cerca de la nuestra que me quisiera gastar una broma. Por más que mi amiga no parase de buscar y mirar hacia todos lados, era obvio, ME LO HABÍAN ROBADO y os aseguro que todavía sigo sin saber cómo cojones lo hicieron.

Vamos a ver, que ESTABA DEBAJO DE MI PUTA SILLA VALE? Entre mis pies, aunque no hubiese notado como me lo quitaban, ¿cómo coño se agachó un ladrón, se metió entre mis piernas y se fue con mi bolso sin que mi amiga ni yo nos diéramos cuenta? Hola?

Pero lo curioso vino dos minutos después de todo esto. Aunque a mí me pareció una eternidad, realmente fue darme cuenta de que no estaba, coger mi móvil (bendita sea la hora en la que no quise meterlo en el bolso), apretarlo fuerte contra mí y comenzar a sonar.

Me llamaba un número desconocido. “El ladrón. Me pide el rescate”, pensé. Como si fuera una película y mi móvil fuera el aparato con los códigos para salvar la tierra. Era la Policía, me avisaban de que me habían robado un bolso y dentro estaba mi DNI y mis cosas, ¿no jodas? ¿en serio me han robado el bolso? No me había dado cuenta oiga…

Pero lo mejor de todo es que cuando me dijo desde qué comisaría me llamaba, ESTABA LITERALMENTE HABLÁNDOME AL LADO DEL RESTAURANTE. Es decir, salí a la calle y vi de lejos la comisaría y a un policía hablando por teléfono al lado de un coche patrulla. Por supuesto le dije que se quedase quieto, que lo estaba viendo y que iba para allá corriendo.

Cuando llegué, el policía me contó lo ocurrido: al parecer, un tío me robó el bolso (sigo sin saber cómo) y cuando salió, una chica que estaba cenando con sus amigas en la terraza de mi mismo restaurante, lo vio con actitud sospechosa escondiendo algo debajo del brazo y envolviéndolo en una chaqueta.

Le salió del alma gritarle para ver qué pasaba y salió corriendo. Por supuesto, esta superwoman persiguió al ladrón, y como no sabía de quién era el bolso, se lo dio a un policía que se encontraba fuera de la comisaría, y este me llamó a mí (menos mal que le dio por rebuscar entre mis cosas y se le ocurrió llamarme al número que aparecía en mis tarjetas de visita). Todo en menos de 10 minutos…. Increíble.

Le pedí al policía el número de la chica para darle las gracias y conocerla y como no podía hacerlo por la Ley de Protección de Datos, le supliqué que la llamase él mismo para decírselo. ¡Resultó que volvió a su mesa y seguía en el restaurante! Así que fui para allá, la encontré y le di las gracias, me contó la historia de cómo persiguió al ladrón y la invité a unas cervezas después de la cena. Pero no sin antes hablar con el restaurante y contarle lo ocurrido y… ¡NOS INVITARON A LA CENA TANTO A MI AMIGA Y A Mí COMO A LA MESA ENTERA DE MI SUPERWOMAN QUE PERSIGUIÓ AL LADRÓN!

Resumen de la noche:

  • Cena con espectáculo ☑️
  • El malo entre rejas ☑️
  • Todo el mundo cenó gratis ☑️
  • Cervezas con una superwoman ☑️