Mi amiga se ha escandalizado porque su novio no tiene palas de pescado

 

Tengo una amiga muy especial. No es solo que sea muy especial para mí, que lo es, es que es una chica especial en todos los sentidos. Nos conocemos desde primaria y nos hicimos inseparables desde que nos sentaron juntas mi primer día de clase.

Yo era nueva la nueva y encima con el curso empezado. Nos acabábamos de mudar y mis padres me habían matriculado en ese colegio porque era el más cercano a nuestro nuevo domicilio y porque era el que me permitía empezar a asistir a clases inmediatamente.

Solo estuve en esa escuela lo que quedaba de ese curso y uno más. Fue lo que me llevó terminar de convencer a mis padres de que yo no encajaba allí.

Era demasiado privado, demasiado elitista y demasiado caro para nosotros y nuestro nivel de vida. No tenía sentido que mis padres siguieran dejándose una pasta que apenas tenían para evitarme el trauma de un nuevo cambio de cole.

Mi amiga terminó su educación en ese centro mientras yo era mucho más feliz en uno público. Sin embargo, nuestra amistad no se resintió por ello. Al contrario, se hizo más fuerte. Somos muy distintas, pero nuestras diferencias nos unen mucho más de lo que nos separan.

Ya no me explayo más con esto, que lo que vengo a contar es otra cosa.

El tema es que mi amiga siempre ha sido muy afortunada en el juego, porque lo que es en el amor… Madre mía, le ha ido de culo.

Hasta hace como un año, más o menos, que conoció a un tío de esos que, de perfecto que parece, da mala espina. A mí me daba incluso mal rollo, hasta que lo conocí. Ahora que he visto con mis propios ojos cómo la trata y cómo brilla ella cuando están juntos, ya lo adoro.

 

Mi amiga se ha escandalizado porque su novio no tiene palas de pescado

 

Y mi amiga está coladita, obvio. Para ella, este hombre no tiene ni un solo defecto.

Ay, corrijo, no tenía ni un solo defecto… Ya que el otro día quedamos y, por primera vez en todos estos meses, quería hablar de algo negativo que había averiguado sobre él.

Estaba muy rayada, lo cual me preocupó un montón, porque de veras nunca la he visto tan feliz como lo es con este chico.

Así que le pedí que me contara qué pasaba. ¿Qué sería eso tan grave, por todos los dioses? ¿Tendría solución?

Venga, ahí voy: Mi amiga se ha escandalizado porque su novio no tiene palas de pescado.

Como lo leéis.

Fue a cenar a su casa, él había preparado pescado y… ¡Horror, shock, qué gran conmoción! No había palas de pescado.

Lo confieso: me descojoné de la risa. No pude evitarlo. Es que de verdad que mi amiga es la caña. Puede parecer un poco snob, pero juro que no lo es, para nada.

Simplemente no concibe que uno no tenga palas de pescado en el cajón de los cubiertos, qué le va a hacer. En su casa toda la vida ha habido palas de pescado, así como personal para prepararlo, poner la mesa con tooooodos los servicios y recogerla cuando acaban de comer. Si es que su familia siempre ha jugado en otra liga.

En fin, que para eso me tiene a mí, a su amiga la que vive en el mundo real. Para explicarle que somos muchos los que no tenemos palas de pescado y que no pasa nada. Que no por ello somos menos educados y que, oh sorpresa, el pescado se puede comer igual sin ellas.

 

Mi amiga se ha escandalizado porque su novio no tiene palas de pescado

 

Al final creo que la he convencido de que lo de las malditas palas es una mera anécdota que contar a sus futuros nietos. No obstante, como parece que le afecta tanto, le he sugerido que le regale a su novio un juego de palas y de cualquier otro cubierto que haya echado en falta en su cocina. A ver si así come más a gusto y deja de rallarse por tonterías.

 

Marga

 

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