Estoy que no estoy. Que no sé si quiero estar.

Estoy que no puedo creer. Que si lo creo tiemblo. Tiemblo de miedo y de emoción. Porque por primera vez puedo alcanzar mis sueños, y me asusta la idea de perderlos. Por primera vez no quiero dormir para no soñar, porque la realidad ofrece algo mucho mejor.

Tengo miedo, pero sonrío con una inmensa felicidad. Porque tras lluvias eternas por fin se divisan los primeros rayos de sol. Y es que he esperado mucho tiempo para que algo así sucediese, y ahora que es real no lo parece. Que ya no sé si sigo soñando o estoy despierta, o a lo mejor es que sueño despierta. Que todo me parece tan irreal…

Y tu voz que me dice que sí, tus ojos me dan esperanza y sellas tus palabras con un beso. Y prometes. Y quiero creer en esas promesas. Pero era tan fácil cuando no veía un horizonte que al divisar tierra firme me asusto.

 

Porque mi cabeza me dice una cosa, el corazón otra, y ya no sé ni lo que digo. Tanto desorden has causado que no me entiendo ni yo misma. Y es que he soñado tantas veces contigo, con la idea de nosotros, que ahora no quiero perder esa ilusión. Prefiero seguir soñando despierta con un futuro que sé que no será, antes que tenerlo y perderlo para siempre. No quiero estropearlo.

Pero luego pienso en las miles de veces que lo he deseado, y me siento idiota por no agarrarlo fuerte e impedir que escape. Es algo tan ilusorio que no sé ni lo que es. Ahora no sé ni lo que soy, lo que somos.

Y quiero creerte pero no creerte, porque si te creo cada célula de mi cuerpo tiembla, y si no te creo sólo tengo otro día gris. Pero me he acostumbrado a los días grises y ya no sé cómo es un arcoiris.

Lo que sí quiero es ver arcoiris contigo. Que seas tú quién vuelva a pintar mis días grises, que me lleves de la mano y no la sueltes mientras andamos por las nubes. Y que de vez en cuando me pellizques para asegurarme de que he dejado de soñar despierta. Que me susurres que no tenga miedo, que me deje llevar, y que tú estás igual. Que esto es cosa de dos y no de uno, que sentimos lo mismo, los mismos miedos y las mismas ganas de vivir una aventura juntos.

Mientras sea así prometo enterrar mi miedo, abrir los ojos y al mirar arriba para descubrir un cielo lleno de estrellas, nuestras estrellas.

 

  • La Coleccionista de Soles