Cuando salió del armario mi cuñado no nos extrañó mucho. No voy a decir raro porque no lo era, simplemente tenía otro punto de vista del mundo un poco distinto al nuestro y era muy sensible y empático y siempre se preocupaba mucho por los demás.

Fue mientras hacía su Erasmus de Historia en Italia, bueno, cuando volvió que lo hizo público en la familia, mi suegro y las tías no se lo tomaron del todo bien, a nosotros nos dio un poco igual, lo típico, mientras él sea feliz, que nos importa a nosotros con quien esté.

Entiendo que lo dijo porque tenía algún rollito por ahí y claro, por si los veíamos juntos y esas cosas, nos quería poner en sobreaviso. Valencia no es una ciudad pequeña pero hay ambientes un poco más cerrados que otros, la gente es muy cotilla y al final todo se sabe.

De hecho en nada empezamos a tener noticias de los gustos de mi cuñado, que a mí me la trae al pairo con quién se lo monte y como, paz y amor para todos, pero me llegaron comentarios un poco preocupantes.

Un amigo que frecuentaba los locales de ambiente, me empezó a decir que le veía por ahí, que se estaba pegando unas buenas fiestas, pues perfecto, le quedaban meses para acabar el curso, ¿Qué iba a hacer sino, quedarse en casa estudiando y mirando al techo? Lo suyo era salir, divertirse y conocer gente, que lo hemos hecho todos, en ese sentido yo no iba a criticar sino defender.

Lo siguiente que nos llegó fue que mi cuñado tenía, a ver cómo lo digo, ciertas preferencias en cuanto a sus ligues, eran todos muy jovencitos. Esto de tener amigos homosexuales casi estaba empezando a interferir en mis relaciones familiares con mi marido y su familia y lo peor es que yo no preguntaba, pero a ver quien hacía callar a las porteras de mis amigos gays.

Me aconsejaron que advirtiera a mi cuñado sobre tener sexo con menores, porque ya sabemos todo lo que podía pasar, el tema más delicado y escabroso no podía ser. Mi marido pasaba de todo, si su hermano acababa en comisaría, era problema suyo no nuestro.

A los pocos meses el problema se solucionó, de cierta manera, mi cuñado se debió de hartar de la vida de desenfreno y escarceos y nos comunicó previa comida familiar, que quería ser cura y que iba a ingresar en un seminario.

La bomba la soltó en una comida familiar en el postre, menos mal que nadie estaba bebiendo en ese momento, porque nos hubiera regado a todos. Yo me reí a carcajadas porque pensé que era broma, pero al ver la cara de mi cuñado y del resto ya paré.  Las tías entraron en colapso, el padre puso cara de incrédulo, mi marido simplemente pasó del tema.

Que yo supiera, nunca había sido, mi cuñado muy asiduo a las iglesias ni a esas cosas, vaya por delante que su familia, muy religiosa no era, bodas, bautizos y comuniones y poquito más.

Al mes, mi cuñado cumplió con lo que dijo y se largó a un seminario a ser cura, él había estudiado historia y por lo visto le convalidaban cosas para el tema de la teología, no recuerdo el tiempo que estuvo, ni cuando se hizo cura oficialmente, estaba en un pueblo por Burgos. Se desligó bastante de la familia en general, las tías seguían teniendo algo de contacto con él y fueron cuando se ordenó.

Creo firmemente que su temporal tendencia sexual fue solo un paso hasta decidir cuál era su verdadera vocación, pero las mentes retorcidas seguirán pensando mal.

 

Anónimo