En mi primera despedida de soltera la novia era yo; ya os podéis hacer una idea del percal…, no tenía ni puta idea de nada, ni de qué era normal o qué no era normal y, por supuesto, nunca llueve al gusto de nadie. He sido la primera de mi círculo en casarme; en mi despedida de soltera fui el conejillo de indias y elegí mal a mis amigas. 

Mujer con un vestido rojo dando vueltas colgada en un a barra de pole dance.

Mi familia es muy grande y tengo muchas primas, todas mayores que yo las cuales son unas rebeldes y han decidido no casarse así que mi despedida era el evento del año, por no decir del del siglo. Mis primas y yo estamos muy unidas, están chalás perdías, le encanta armar follón, fumar, comer y beber. Mis amigas son más recatadas, más tradicionales y más pijas, además son muchas menos en cantidad si las comparamos con mis primas.

Es que no se puede mezclar a gente, os lo diga ya.

Una de mis amigas había venido desde otra ciudad para el evento, su ciudad está situada algo lejos de la mía. La gente pasa sus veranos en mi ciudad natal, esta amiga en concreto, quiso pasar algunos días de más para aprovechar la playa, entonces se quedaría para la despedida y para disfrutar de la playa. El problema: se trajo a su rollete/novio fantasma para disfrutar de la playa juntos. La cosa no pintaba bien desde el principio por el mero hecho de que ese noviete (con el que duró dos telediarios) nunca la priorizó a ella, por lo que ella estaba más entusiasmada en tener sus primeras vacaciones largas fuera de su ciudad con el chaval que en venir a mi despedida. Nunca habían hecho nada juntos antes, menos unas vacaciones en la playa.

Mujer rubia diciendo en inglés

Dato importante: mi boda no iba a celebrarse, me casé a 10.000 kilómetros porque me mudé afuera. Mi despedida era una despedida en toda regla, una despedida de mi familia y una despedida de mis amigas. 

Cuando nos estábamos arreglando en mi casa a la espera de que nos recogiera el autobús, esta amiga me preguntó que qué íbamos a hacer después de las 2 de la mañana cuando el restaurante nos trajera de vuelta. Le dije que mi intención era salir de fiesta por el centro pero que ya veríamos si íbamos a tener aguante. 

Las organizadoras de la despedida, aka mis primas, organizaron una cena en un restaurante que celebraba un montón de despedidas de solteros mixtas hasta el estriptis final donde separaban a los hombres de las mujeres. La cena era un espectáculo constante de drag-shows, boys, baile… Entre plato y plato los estríperes sacaban a bailar a todo el mundo.

Novia de una despedida de soltera siendo llevada en brazos por dos hombres.

De verdad, no tenía ni idea de cómo era y conociendo a algunas de mis amigas sabía que eso a ellas no les gustaba para nada. Su incomodidad era palpable, se les veía en la cara que estaban súper incómodas. Una de ellas, cada vez que uno de los muchachos que hacía el espectáculo la quería sacar a bailar, salía corriendo para el lado contrario (no entiendo por qué se puso cerca de la pista de baile entonces), la otra nada más decía que eso era super machista, sexita, blablablá y que pobrecita esas mujeres bailando semidesnudas con los hombres y mi amiga que había venido de lejos, solamente estaba pendiente del móvil y de que fueran las 2 de la mañana para irse con ese mamarracho. 

Una de ellas se disculpó y se fue porque no aguantaba tanto machismo y sexismo. La cosa que me pregunto todavía es que si ella sabía PERFECTAMENTE a dónde íbamos, podría haber dicho que no desde el principio; no me iba a enfadar. Entiendo sus motivos. Sin embargo, ahí estaba yo intentando conciliar a todo el mundo porque cada uno es de un padre y una madre, pensando en qué hacer para que todo el mundo se lo pasase bien y lo único que tenía era una angustia y un sinvivir provocado por la incomodidad de mis amigas que no me dejó en ningún momento de disfrutar. Mis primas no necesitaban atención, ellas solitas con mi madre se lo estaban pasando tremendamente. 

Grupo de mujeres de una despedida de soltera bailando en una escalera mecánica.

Cuando terminó la cena a las dos de la mañana, estaba reventada física y emocionalmente, y todas las que quedamos decidimos que preferíamos ir a mi casa a tomarnos las copas allí y a estar tranquilas porque ya habíamos bailado lo imbailable. En ese momento mi amiga dejó de hablarme mientras nos subíamos al autobús y puso cara-coño durante todo el trayecto. Se había enterado que no íbamos al centro donde estaba su novio con los amigos. Decidme qué pintábamos allí con unos tíos que no conocíamos de nada el día de mi despedida de soltera. Si ella se quería ir que se fuera pero cuando dije que iba al centro no significaba que iba a ir con su novio y los amigos de él. 

Me ignoró todo el viaje de vuelta a casa y no me contestó cuando le pregunté qué le pasaba, me quise sentar al lado de ella para intentar arreglar el malentendido, no hubo forma. Al bajarnos del autobús ella ya había llamado a un Uber para ir al centro con el chaval. Todas la esperamos, ella no quería hablar con nadie y las demás que estaban en su pompa no entendían qué pasaba. Cuando llegó el Uber le dije que me avisara cuando llegase al centro y desde el Uber me gritó:

-«No te voy a avisar ni a ti ni a nadie por mí como si os morís todas».

Mujer morena abriendo la boca asombrada.

Mi cara era un poema al escuchar eso, me quedé flipando a ver qué había hecho yo para que me diera esa contestación. Un de mis primas intentó que el Uber parase pero ya había arrancado y entonces empecé a llorar pero por todo: por lo incómoda que había estado tratando de conciliar a la gente, porque era mi última noche con todas mis primas juntas, porque no me lo había pasado nada bien por culpa de estar preocupada y agradando a los demás… Me pasé el resto de la noche llorando a moco tendido y rodeada de todas ellas.

Mi consejo: no mezcléis a la gente de diferentes círculos, nunca sale bien.

 

Anónimo

 

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