A todas nos ha pasado alguna vez algo similar: el chico que te gusta acaba liado con tu amiga. Y no pasa nada, siempre y cuando tu amiga haya sido sincera contigo en todo momento. Pero cuando hay mentiras y cosas turbias, ya el tema cambia mucho. Hoy quiero contaros lo que me pasó a mí, y ya os adelante que mi mejor amiga ahora ya no es mi amiga.

Conocí a un chico en la universidad. Coincidíamos solo en una optativa, dos veces a la semana. Desde que lo vi el primer día ya me gustó: moreno, perilla, ojos verdes. Empecé a sentarme cerca de él a ver si él se fijaba un poco en mí. Después de un mes de clase, ya me atrevía a hablar con él. Primero que si me dejas los apuntes de tal día que falte, luego que si te vienes a la cafetería a tomar algo.

Me encantaba. Era un chico abierto, simpático, en seguida congeniamos. Yo me pillé muchísimo. Deseaba cada lunes que llegara el martes para verle, y cada miércoles que llegara el jueves, los fines de semana se me hacían eternos.

Poco a poco nos fuimos haciendo amigos. Empezamos a quedar fuera de la uni, a tomar una cerveza alguna tarde, a juntarnos unas veces con sus amigos y otras con los míos de toda la vida. Nos llevábamos muy bien y yo cada vez estaba más pillada por él. El problema es que yo no tenía claro si él sentía algo por mi o no, a veces me parecía que tonteaba conmigo y me seguía el rollo, otras veces me daba la sensación de que sólo sentía por mí una amistad. Me hablaba de otras chicas, de sus ligues de Tinder, y me desconcertaba por completo.

 

Una noche que salimos de fiesta, con mis copitas de más, decidí no pensarlo mucho y lanzarme. Y él, pues me hizo la cobra. Fue el momento más bochornoso de todo mi vida y no por el rechazo, si no porque era la primera vez que me lanzaba a un tío, y no a uno cualquiera, a uno que me gustaba de verdad. Pero él fue muy respetuoso en todo momento. Me cogió de la mano y me dijo que me quería mucho como amiga, pero que no sentía por mí más de eso, amistad, y que no quería que por nada del mundo se acabara la relación tan bonita que teníamos.

Al día siguiente me desahogué con mis amigas. Les conté lo que había pasado y lloré a moco tendido. Ellas, como cabe esperar, me animaron y me dijeron que ese chico no era para mí. Que intentara olvidarme de él y conocer otros chicos. Pero ¿cómo lo haces para tragarte tus sentimientos cuando estás tan pillada de alguien?

Amigas contandose problemas

Después de aquella noche, curiosamente todo siguió igual él. Parecía como si nunca hubiera pasado nada. Seguimos saliendo de fiesta, viéndonos en clase y compartiendo momentos. Él cada vez estaba más integrado en mi grupo de amigos.

Pasaron los meses y yo empecé a ver que él ya quedaba con mis amigos sin mí. No me importó. Todo lo contrario, era un chaval estupendo y me alegré mucho de que mis amigos lo hubieran aceptado como uno más.

Un buen día, después de clase, me dijo si podíamos ir a la cafetería a tomar algo y a charlar un rato, que tenía algo que contarme. Me temí lo peor pero jamás imaginé lo que me iba a contar. Me confesó que llevaba semanas quedando a solas con mi mejor amiga. Que había pasado algo entre ellos, es más, que se gustaban de verdad y que él quería intentarlo en serio con ella. Me quedé en shock. Mi amiga jamás me había dicho que mi crush le gustara a ella también. De hecho, si ella me hubiera manifestado su interés por él, yo probablemente me habría apartado, porque a mi él ya me dejó muy claro que no quería nada conmigo. Pero ella jamás me dijo nada. Lo más fuerte de todo es que él me dijo que ella no quería decirme nada, quería que llevaran su relación en secreto, pero que él no podía con la culpa, que sabía los sentimientos que yo tenía por él y como amigo quería ser sincero.

No supe ni como reaccionar. Mi mejor amiga no solo me había ocultado que le gustaba este chico, sino que además no quería que yo me enterada de que estaban liados.

Le di las gracias por contármelo, pero le reconocí que a mí se me iba a hacer muy difícil verlos juntos, así que prefería alejarme de ellos. A ella la llamé por teléfono según terminé de hablar con él y la puse de vuelta y media. Ni siquiera se justificó. Sabía perfectamente que me había traicionado. Ella se alejó completamente del grupo de amigos por decisión propia. A él lo seguí viendo en clase, pero acabamos con nuestra amistad. Sé que estuvieron juntos varios meses y después rompieron. Ninguno de los dos intentó retomar la amistad conmigo después de aquello, cosa que agradecí, porque jamás podría haber perdonado una traición así.