Cada vez con más frecuencia nos encontramos en el foro comentarios de chicas que pillan a sus parejas chateando y guarreando con prostitutas por Whatsapp y que cuando son sorprendidos alegan que es como el porno y solo lo usan para excitarse.

Lo que nos llama poderosamente la atención, es que muchas preguntan si esto es normal o está bien,  cuando la pregunta más importante debería ser ¿cómo te hace a ti sentir todo esto?

No dejamos de buscar fuera de nosotras mismas respuestas a situaciones que de alguna manera nos preocupan o nos generan malestar, esperando encontrar otras personas que estén pasando por lo mismo, para ver “cómo se arreglan ellas”.

Pero esto es tremendamente peligroso, porque lo que vale para una no tiene porque valer para otra.

Y cuando se trata de este tipo de casos, con más motivos, por lo que, es necesario pararse a hacer un análisis de la situación.

  • Lo primero de todo es que tipo de acuerdo tienes tú con tu pareja, es decir, si habéis comentado esta posibilidad alguna vez o lo hace a escondidas y cuando le pillas no tiene más remedio que confesar. Masturbarse dentro de una relación es algo muy sano y que no debe dejar de hacerse en ningún caso, y eso es algo que está muy claro. Pero a la hora de buscar la excitación para ello, habrá limites con los que os sintáis más o menos cómodos y es interesante que lo habléis.
  • No podemos olvidar que está pagando a alguien para que le de este servicio, y entra un poco en conflicto también con lo que tu pienses sobre la prostitución, si estás de acuerdo o te parece una forma más de explotación sexual.
  • Los límites de la confianza y el respeto, no es lo mismo ver un video porno a interactuar directamente con otra persona, aquí hay componentes que cambian y es donde tenéis que poner los límites sobre si estáis o no de acuerdo sobre eso.
  • La posibilidad de pasar a la realidad está ahí y en muchas ocasiones es lo que genera desconfianza, si ya has pillado a tu pareja haciendo eso a escondidas es fácil pensar si en algún momento puede querer llevarlo a la realidad o no, no tiene por qué, pero es una posibilidad que existe.
  • La posibilidad de desarrollar adición a este tipo de servicio, y que en muchas ocasiones tiene como resultado una bajada de deseo en pareja, ya que se acostumbran a un estímulo muy potente que luego no se pude replicar igual en pareja.

Pero realmente la clave de todo esto es, ¿cómo te hace sentir a ti eso?

Cada pareja y cada persona es libre de sentirse más o menos cómoda con unas cosas o con otras, pero es vital la comunicación para esto.

En este caso en concreto cuando se pilla a la otra persona no hay una comunicación real, hay una parte de engaño y de hacer las cosas a escondidas, y esto es lo que genera desconfianza.

También es una muestra de egoísmo, ante la posibilidad de hablarlo contigo para ver si te sientes cómoda o no, prefiero hacerlo igualmente sin tenerte a ti en cuenta, porque, volvemos a lo mismo, estás hablando con otra persona a la que pagas para excitarse.

El argumento más fácil en estos casos es defender que es como ver pornografía, pero en el momento que hay una interacción con la otra persona a tiempo real, la connotación cambia.

Si por otro lado, si tú te sientes cómoda con esta situación, no lo vives como una infidelidad o un engaño y confías en que tu pareja solo lo usa como disfrute a nivel persona, entonces adelante, no tiene porque haber mayor problema.

Pero si esta situación te genera dudas, sospechas y malestar, ahí es el momento de poner límites.

Y volver a trabajar en la confianza, porque recordamos que esto es desde el ocultamiento, no hay consentimiento por parte de las dos personas de la relación y ahí reside el conflicto.

Si tú decides que no te sientes cómoda con eso, es algo que tendréis que hablar y desde ahí tomar decisiones que se adapten a ambos. Si tú decides que es algo por lo que no quieres pasar y tu pareja decide seguir haciéndolo, será momento de replantearse la relación.

Esto no va que uno elige y el otro se adapta, la clave de una relación sana, es y será siempre el respeto y el consenso.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de pareja

correo: [email protected]     instagram: @aidavallesconsulta_