Hoy, C. nos cuenta algo que le está pasando, algo mucho más habitual de lo que parece pero del que poco se habla: el miedo a ser madre.

¡Hola Eva! Mil gracias a ti y a las chicas de Weloversize por abrirnos esta puerta para que podamos preguntar esas dudas que nos atormentan

Ahí va la mía :)

Tengo 33 años recién cumplidos y con esta edad ya empiezo a plantearme tener hijos.

Yo siempre he sido una tía que juraba y perjuraba que no los tendría, no sé decirte por qué, pero se me metió en la cabeza que no, hasta que conocí a mi marido. El jamás me ha presionado, pero yo sé que le encantaría ser papá.

La verdad que últimamente no sé si soy yo, él, o la edad que tengo pero hay temporadas que me entran ganas locas de ser madre, de verdad, peeeeeeeeeeero, y ahí viene lo gordo, mi problema es que me imagino que a mis hijos les van a pasar 259 cosas malas, que van a sufrir, que van a tener una enfermedad horrible y te juro que solo de pensarlo me pongo malísima con lo cual pienso que mejor me ahorro el sufrimiento pero, claro, por otro lado me da mucho miedo arrepentirme más tarde de no haberlos tenido.

Me encuentro en un punto que no sé si quiero o si no quiero simplemente por miedo.

Me gustaría que me dijeras qué opinas, si ves necesario que siga terapia para ello (sé que hay una terapia especializada en esto), si es normal o si por el contrario el sentirme así es simplemente porque realmente no quiero ser madre.

¡De verdad que de última me está llegando a atormentar el asunto!

¡¡¡Mil millones de gracias!!!


Lo primero, muchas gracias por traer a Weloversize un tema del que poco se habla; el miedo a la maternidad.

El miedo a la maternidad en madres primerizas es absolutamente normal, por varias razones.

Todos los miedos tienen grados y razones. No es lo mismo que te de miedo una araña y si estás con alguien le pidas que la saque de una habitación, que por el hecho de que te dan miedo las arañas evites irte de finde romántico con tu chico a una casa rural. Tampoco es lo mismo que te den miedo las arañas porque una te picó y estuviste enfermísima en el hospital tres días que porque sí.

Por tanto, sí, el miedo a la maternidad, sobre todo en madres primerizas, es normal. Al final, un hijo cambia todo, absolutamente todo, en tu vida; tu cuerpo, tus relaciones, tus horarios, tus prioridades… Y es normal que ante lo desconocido nos surjan miedos. Además, las mujeres siempre tenemos la presión social de tener que ser las mejores mamis, más allá de que sea una autoexigencia, y es normal que ante las exigencias externas e internas podamos sentir que no vamos a tener un buen desempeño, o que no estamos preparadas o que… Que todo el mundo, incluidas nosotras mismas, tiene unas exigencias que no sabemos si vamos a ser capaces de satisfacer.

Todos los miedos tienen diferentes grados de intensidad y diferentes razones. El problema es cuando la razón del miedo no tiene, objetivamente, posibilidad de ocurrir o cuando la intensidad es tal que puede modificar tu conducta.

Dicho esto, un miedo deja de ser normal cuando nos incapacita para hacer nuestra vida, nos ocupa la mente demasiado tiempo, nos impide tomar decisiones, bloquea áreas de la vida o nos afecta físicamente, ya sea con ataques de ansiedad u otros. También cuando el contenido del miedo, es decir, lo que piensas, es de «Antoñita la fantástica». Por ejemplo, tener miedo a que te pique una araña es normal porque las arañas pican. Pero tener miedo a que te lleve a su nido y te inmovilice con sus maléficos hilos, pues no. Así, te pregunto:

Tus historias de miedo, ¿Son demasiado fantásticas?

Por ejemplo, dices que tienes miedo a que tengan una enfermedad horrible. Y eso puede pasar. Pero ¿Con qué frecuencia? ¿No crees que es demasiado drama? Pero, claro, si resulta que tú de pequeña tuviste una terrible enfermedad que hizo que tus padres lo pasaran fatal, es normal que pienses eso.

Así que, como ves, no es tan fácil darte una respuesta a si tu miedo, con ese contenido y esa intensidad, es normal o no. Creo que eso es un tema que deberías tratar con un terapeuta al que contarle más detalles, incluso llegar a la raíz de ese miedo.

Para averiguar si ese miedo te indica que no quieres hacerlo, lo mejor es acudir a terapia para que evalúen tu caso e intensidad. Pero mientras, puedes responder a estas preguntas:

Preguntas si, tal vez, ese miedo te esté indicando que, en realidad, no quieres ser madre. Y no sería la primera vez que un miedo sirve a alguien para no hacer algo que, en realidad, no quiere hacer. Te voy a dejar unas preguntillas que, tal vez, te ayuden a aclararte un poco más:

  • Tienes un retraso de varias semanas, así que decides hacerte el test de embarazo y da un resultado negativo. ¿Cómo crees que te sentirías?
  • Te has quedado embarazada sin buscarlo. ¿Cómo se lo contarías a tu mejor amiga, a esa que sabe todo de ti, que conoce tus miedos y tus ilusiones? ¿Qué emoción crees que dominaría el anuncio?
  • Tu pareja te dice que si no tenéis hijos, él te deja. ¿Qué te daría más miedo, la maternidad o el no tener pareja?

Como puedes comprender, desde aquí poco más te puedo decir. Para responder a tus preguntas sería necesario conocer mucho más. El tema que planteas es un tema que tiene muchas caras diferentes así que creo que lo mejor que puedes hacer es acudir a un terapeuta que primero te ayude a aclarar si el miedo es una excusa para no ser madre o, por el contrario, sí que deseas ser madre, pero ese miedo corresponde a algún episodio de tu vida que, quizás, te marcó más de lo que piensas o, tal vez, una exigencia de perfección que te supera.

Sea como sea, me pareces muy valiente al asumir tu miedo y espero que pronto puedas reírte de él.

Con Amor,

Eva

Si quieres contarme tus cositas y que te aconseje, escríbeme un WeloverTerapia.

También puedes venirte a mi Instagram.

Si necesitas un chutazo de autoestima, puedes echar un vistazo a mi manual gamberro.