No intentes fingir algo que no somos por temor a hacerme sentir mal. Sabes que no lo necesito. No busques momentos de ternura si no te apetece encontrarlos. Ni si quiera te los he pedido. Y es posible que a mí tampoco me apetezcan. No me pidas quedarme a dormir. Te aseguro que disfruto de tener toda una cama para mí sola y vivir a mi propio ritmo. No es compañía lo que busco esta noche. Ni un amor como el de Diario de Noa. Ninguno lo buscamos. Así que dejemos de intentar adornar una realidad que no nos corresponde.

No me escribas cada pocos días para mantener un contacto que no es necesario. No me preguntes por mi vida si realmente no estás interesado. De verdad, no te hace falta. No intentes ocultar a otras que los dos sabemos que existen. Sabes que no me importa. No busques razones absurdas para justificar volver a verme. Los dos sabemos a lo que venimos. No me voy a sentir mal por ello. No es necesario que me invites a cenar, a comer o a desayunar. Eso está sobrevalorado.

Ven a verme cuando los dos podamos y nos apetezca. Entra sin llamar si es necesario, dejo la puerta abierta. Métete en mi cama alegando estar cansado si quieres. Para justamente después arrimarte con la excusa de que tienes frío. Tarda 5 segundos en buscar mi boca. Prometo que la encontrarás disponible para ti. Sin demora. Sin juegos que no nos llevan a ningún lado. Desnúdate sin contemplaciones ni esperas y vuelve a atraerme hacía ti. Con la ansiedad típica de dos cuerpos que llevan tiempo sin encontrarse.

 

Besa y lame cada una de las partes de mi cuerpo. Hoy todo está permitido. Hazme sufrir, como a mí me gusta. Revuélcate conmigo por toda la cama. Probemos mil y una posturas diferentes. Hagámonos vibrar y disfrutar a cada minuto. Penétrame con fuerza, con esa intensidad que me encanta. Haz tu magia por todo mi cuerpo. Toca cada uno de los puntos que sabes que me vuelven loca. Empapémonos de sudor. Disfrutémonos sin contemplaciones joder, que de eso se trata. Y cuando todo acabe, disfrutemos de los cinco minutos de rigor de recuperación. Pero hasta aquí. Puedes irte cuando quieras. 

Si algún día decidimos cambiar esta realidad y vivir un amor como el de Diario de Noa, hagámoslo. Sin remordimientos ni reproches. Nada que realmente valga la pena ha sido nunca fácil. Tendremos un trozo del camino recorrido. Pero hasta la fecha, si es que algún día llega, romanticismos los justos.