Sandra y Raúl llevan juntos casi 10 años  y tienen un niño de 3 años. 

Cuando tuvieron al niño los padres de Raúl ya eran algo mayores pero estaban bien de salud y todavía tenían algo de agilidad. Su manera de pensar y de criar está más cerca de la tradicional y antigua que de la forma que habían pensado para su hijo. Digamos que se basan en el: siempre lo hemos hecho así y no hemos salido tan mal….(habría que verlo).

Nunca habían mostrado tanto su personalidad anticuada, tradicional y machista como desde que nació el niño. Muchas actitudes que fueron teniendo hicieron que no les diese seguridad dejar a su hijo a cargo de sus propios abuelos. 

La primera vez fue cuando el bebé tenía un mes de vida. Obviamente lo único de lo que se alimentaba ese bebé era de la teta de su madre, que podría haber sido de biberón,  pero de leche, ¡vaya! Con un mes nadie se imaginaría que un bebé pudiese ingerir otra cosa. Pues bien, en plenas fiestas navideñas el abuelo de la criatura creyó interesante dejarle probar un merengue. (bien de azúcar y de huevo crudo). 

Podríamos pensar que es ingenuidad y que lo hacen sin malicia y así lo creo. Pero entonces no deberían enfadarse cuando su propio hijo les dice que no.

En cuanto a la comida podría contaros varias situaciones que a mi, me pondrían en alerta y que entiendo que a Sandra y a Raúl les pase lo mismo. Recordemos que el niño tiene ahora 3 años y que estas cosas han ido sucediendo a lo largo de estos 3 años, implicando eso que  estas cosas podían pasar cuando el niño tenía tan solo unos meses de vida. En el ámbito gastronómico tenemos la cata de merengue acompañada de la cucharilla de café (mojada en café) acompañada de unas gotas de orujo. En comidas familiares el vino tinto que acompaña a una buena parrillada de carnes. Obviamente, hablamos de intentos porque gracias a Dios(o a lo que sea) estas cosas suceden con sus padres delante y con alguna mirada de Sandra y un par de contestaciones de Raúl no llegan a suceder. Pero los intentos no cesan y eso no es que sea precisamente el colmo de la seguridad cuando quieres quedarte tranquilo dejando a tu hijo con sus abuelos.

Pero esto va más allá de la comida, se trata también de la integridad física del niño. Partimos de la base de que ya son algo mayores y no podrían correr detrás del niño si se escapa. Realmente esto no parece mucho problema porque la realidad es que el niño es muy tranquilo y nunca ha hecho nada por el estilo. 

El problema viene cuando la manera más divertida de jugar para su abuelo pasa por darle patadas en el culo al niño cuando está agachado, así se da un golpecillo y ¡no pasa nada! Aún tiene que llevar muchas más. Eso es lo que contesta su abuelo cuando su madre, su padre o alguien le echa las manos al niño y además los frena para que no recojan al niño del suelo. Pero la gota que colmó el vaso fue lo que pasó la última vez que los abuelos fueron a ver al niño al parque. Allí estaba Sandra con el niño y varias personas más. En el parque otro conocido de los abuelos con su nieto. 

De repente el niño se tropieza y se rasca las rodillas con el suelo de cemento, no se hace sangre pero obviamente se ha hecho daño y llora.

Sandra ha visto lo que ha pasado, así que se levanta tranquila y va a coger en brazos a su niño que necesita un poco de mimo para calmarse. Mientras Sandra va de camino su abuelo va diciendo: 

“Déjalo, déjalo que se levante solo, que no se hizo nada. “

Sandra sigue haciendo caso omiso y el abuelo del niño empieza a decirle enfadado que es que lo hacen tonto, que lo deje estar y vuelve a meterle la mano en el brazo a Sandra para frenarla. 

Sandra no aguanta más  y le deja muy claro y muy seria a su suegro que ella es la madre del niño y que lo va a coger en brazos cuando le de la gana porque es suyo y porque se ha hecho daño y punto.

La tensión se corta con un cuchillo 

Esa misma noche, él llama a su hijo para recriminarle la actitud de Sandra y decirle que él es el abuelo del niño y que ya ha criado a uno y sabe cómo hacerlo. Raúl ni corto ni perezoso le corta las alas a su padre y le deja claro que él crió a su manera y que ahora serán ellos los que lo hagan como crean convenientes y que si, él es su abuelo pero por encima de todos están su padre y su madre.

A partir de ese día las cosas cambiaron mucho. Ellos intentaron llevarse al niño en varias ocasiones (siempre en coche y sin silla) pero siempre han sabido ponerle freno y ellos de vez en cuando van dejando caer alguna indirecta de lo sobreprotectores que son con el niño.

Lo que no saben es que cuando necesitan dejar al niño con alguien llaman a otra persona porque no pueden quedarse tranquilos.

Kerasi