No creo que sea la única a la que le pasa o le ha pasado esto en su vida. Durante  años he sufrido muchos problemas con la famosa cándida, y según tengo entendido una vez que lo sufres ya tienes más probabilidades de volver a tenerla.

Hubo una época que yo lo relacionaba a las frecuentes relaciones sexuales que tenía, ¡pero no tenía absolutamente nada que ver!

Lo he probado todo para luchar contra esos molestos picores e incluso dolores, ni qué decir de la higiene de la zona… ¡siempre súper estricta! Pero no había forma.

Hace unos años, descubrí varios tips, que a mí personalmente me han solucionado la vida frente a este dichoso problema que sufrimos en silencio y no hay por qué.

  • Para empezar, ¡olvídate de las esponjas de ducha!: A mí siempre me ha encantado usarla, pero leyendo entendí que es un pequeño foco bacterias y hongos, siempre está húmeda, ya que la usamos todos los días y no es nada bueno para la zona genital femenina.
  • Hacer pis después de mantener relaciones sexuales, sí como lo leéis, ya sé que hay momentos en los que cuesta la vida, después de un ratito tan placentero levantarse al aseo, pero luego lo agradecerás, creerme.
  • El papel higiénico, madre mía la de veces que habré limpiado mi toto con el papel que hay en bares, supermercados y otros sitios públicos… ¡NO! No cuesta nada llevar en el bolso un paquete de pañuelos de papel, sólo hay que pensar que el rollo de papel que ponen muchas veces lo han puesto en el suelo o en cualquier superficie, que evidentemente no está limpia y eso luego lo pasas por tu maravilloso parrús.
  • El maravilloso gel íntimo, sí he probado un montón, pero llevo ya unos años usando uno al que le soy 100% fiel, se llama “Lactacyd”. Lo puedes comprar aquí.
  • Y para terminar, un clásico, que más de una le habréis escuchado a vuestras madres: usar braguitas 100% algodón, y si no es el 100% que sea más algodón que licra u otros materiales.

Espero que os sirvan de ayuda estos consejitos, en mi caso ¡han sido mano de santo!

Caroly