Me jode que me digan: «Cuánto has adelgazado, ¡qué guapa estás!». Que oye, por separado las dos cosas me parecen estupendas. El problema –¡ay!– está en la unión de esos dos conceptos: cuando estar guapa sólo es consecuencia de haber adelgazado. Joder, ¿verme bien sólo depende de lo que pese? ¡No estoy de acuerdo! Muchas personas viven esta presión en su familia, con mensajes que asocian delgadez con belleza. Esta idea ya no la compro más.
Soy como soy, trato de aceptarme y quererme, y sacarme el mejor partido para verme bien, para verme guapa, pese lo que pese. Es cierto que he adelgazado un montón y que me sentía mal cuando me preguntaban: ¿qué has hecho? Creo que esperaban una dieta milagrosa, un truco rápido, pero no hay nada de eso: he hecho un esfuerzo mucho mayor del que esperan quienes me preguntan.
Hace un tiempo comencé un proceso de conocimiento y crecimiento personal: se trataba de un grupo de trabajo personal, una terapia grupal o sesiones con una psicóloga, cada uno que lo llame como quiera. Y este es el momento de decir: ¡Holaaa, Lauraaa! Yo también he ido a terapia. Por distintas circunstancias, me vi en la casilla de salida de nuevo y decidí aprovechar esa oportunidad.
Me tomé tiempo para mí, para repasar mi vida y descubrir quién soy. Pasé mucho tiempo sola, procesé mi tristeza, y me atreví a preguntarme y responderme honestamente. Me hice preguntas incómodas, de esas que nos pasan a veces por la cabeza y preferimos ignorar y esconder en el cuarto de los trastos del cerebro, y me respondí sin mentirme.
Descubrí alguna de esas creencias que había aprendido de niña sin ser consciente –que en realidad no comparto– y las cambié por las que yo, desde mi madurez, he construido y sí acepto. Por ejemplo, que puedo ser guapa y gorda al mismo tiempo. Así con cada trauma que arrastraba y que me limitaba, que me impedía hacer algo que yo quería hacer. Cada día vigilo por no caer en ellos de nuevo.
Descubrí también que vivía desconectada de mi propio cuerpo: en algún momento, decidí desconectarme de mi cuerpo para no sufrir. Pasaba por alto las señales que me enviaba: los dolores de espalda o de cabeza, el hambre injustificada, la obsesión con el trabajo, las lágrimas sin control… Creía que esconder bajo la alfombra la ansiedad, la tristeza, la frustración… las haría desaparecer.
Una técnica muy básica de mindfullness me ayudó a centrarme en mi cuerpo y en las señales que me envía. Eliges una actividad que realices cada día (el desayuno, la ducha, caminar hasta el trabajo…) y dedicas ese tiempo a repasar los cinco sentidos y las emociones que sientes. Además, este hábito ayuda a anclar la mente en el ahora, en el momento presente: sirve para dejar quieto el pasado y evitar proyectarnos en el futuro, algo para lo que personalmente tengo mucha facilidad.
Por último, llevo un diario positivo. Cada día anoto un mínimo de tres cosas que me hayan hecho feliz. Al principio me costaba llegar a tres y ahora es raro el día que no duplico ese número. Es un modo de agradecer antes de dormir las cosas buenas de la vida, que siempre las hay, y darles prioridad frente a los problemas.
Mi objetivo es ser feliz y he aprendido que el mejor modo es ser lo más coherente que puedo: pensar, sentir y actuar en un único sentido. Por eso, trato de marcar yo las reglas de mi vida, las que me van a mí y cumplirlas. No soy perfecta ni lo pretendo, sólo trato de ser feliz y que me digan: «Qué bien se te ve, se nota que estás feliz…».
10 comentarios
Creo que el escribir tanto sobre la gordura y la felicidad es un síntoma de que no es feliz estando gorda.
Comentario by laura on 18 de octubre de 2015 at 22:57no es difícil entender que muchas veces no escribimos por nosotras mismas, sino por lo que podamos ayudar a otras personas que no han llegado al mismo punto que nosotras.
Comentario by weloversize on 18 de octubre de 2015 at 23:08Creo que tu razonamiento es de lo más absurdo.
Comentario by Carla Potter on 19 de octubre de 2015 at 11:03Ser gorda no es en absoluto incompatible con la felicidad y la autora es bien libre de unir ambos conceptos como quien habla de que haber pasado un cáncer no es un impedimento para ser feliz. ¿A que a la chica del cáncer no se te ocurriría decirle que escribir mucho sobre sus vivencias y la forma de enfrentarse a la enfermedad son síntoma de no ser feliz habiendo pasado un cáncer?
A veces hay que pensar un poco antes de abrir la boca…
No creo que escribir sobre la gordura y la felicidad sea un síntoma de que la persona no es feliz. Es un síntoma de que la sociedad siempre nos ha condicionado a pensar que un cuerpo que no se acerca a los cánones establecidos es malo, y es motivo de querer cambiar para ser mas feliz, para que la sociedad te acepte. Por suerte, nuestra sociedad (o una parte de ella) esta evolucionando hacia el camino adecuado, que es la aceptación de nuestros cuerpos tal y como son y saber que la felicidad se puede alcanzar sea cual sea tu peso, sin pensar en nadie más que tu. La felicidad no es la aceptación de un grupo de la sociedad, es estar en paz con tu propio cuerpo, conseguir tus propias metas en la vida, elegir tus propios objetivos sin que nadie influya. Cuando empiezas a conseguir esa felicidad es cuando tu alma intenta trasmitirlo a los demás, que es lo que creo que la autora quiere trasmitir, sus vivencias y experiencias para que gente que tiene esos problemas o similares encuentren un camino que seguir. Felicidades a la autora.
Comentario by Moira Clover on 19 de octubre de 2015 at 11:43Cierto, Moira.
Comentario by Teresa Díaz on 21 de octubre de 2015 at 00:40De hecho, no sólo se trata de modificar creencias que hemos asumido, como la relación entre delgadez y belleza, sino que cada persona tiene sus credos y tiene que averiguar cuáles le limitan su camino en la vida.
Saludos y gracias por tus palabras!
Gracias a todas las respuestas que sí han entendido la esencia del texto.
Comentario by Teresa Díaz on 21 de octubre de 2015 at 00:32Exactamente mi intención al escribir este texto es la de transmitir mi experiencia por si a alguna persona le sirve: basta ya de las imposiciones externas, de las condiciones que nos obligan a cambiar para cumplir unas expectativas que nos imponen desde el exterior.
Este post desprende una positividad maravillosa. A pesar de lo que la sociedad imponga y de todas las consecuencias que ello conlleva, con estas palabras has derribado los prejuicios que nos atormentan cada día y has buscado la manera de darle a forma a las ideas que hacía tiempo me venían rondando en la cabeza y tú las has sabido plasmar perfectamente.
Comentario by ClaudiaT. on 20 de octubre de 2015 at 22:20¡Qué bien, Claudia! ¡Cuánto me alegro!
Comentario by Teresa Díaz on 21 de octubre de 2015 at 00:35El esfuerzo es grande y tenemos que luchar contra muchas ideas impuestas desde fuera y que nos hacen sentir que no estamos bien como estamos, como somos: ¡ya está bien! Es hora de ir rompiendo esos esquemas y marcar nuestras reglas.
Un saludo! :)
Yo creo que es cuestión de plantearse la vida así: https://www.youtube.com/watch?v=XQGL54M4Ws4&feature=youtu.be
Comentario by vincenzolaguardia on 26 de octubre de 2015 at 16:44¡Exacto, vincenzolaguardia! No conocía esta canción y me encanta. ¡Gracias! :)
Comentario by Teresa Díaz on 1 de noviembre de 2015 at 03:58Política de Comentarios de Weloversize
Responsable: We Lover Size SL | Finalidad: Gestión de comentarios | Legitimación: Tu consentimiento Por favor lea nuestra Política de Comentarios antes de comentar.