Quiero hablaros de lo que he decidido llamar  mi “momento Darwin” , mi evolución, la reflexión que me ha permitido dar un paso adelante.

Tras mucho tiempo de frustración, he atado cabos cual Agente Scully y por fin entiendo de donde surgen mis grandes miedos e inseguridades, he averiguado de qué polvo viene el lodazal que he tenido durante tanto tiempo en la cabeza.

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Hace unos meses, tras leer un artículo en este blog, hice mi particular regresión y me di cuenta, casi con sorpresa, (supongo que mi subconsciente en un acto de autoprotección me borró parte del discoduro….), de que crecí creyendo la máxima de que estar delgado era ser un triunfador, daba igual si tenías el C.I de un grillo, siempre encontrarías algo que hacer con un buen físico.

Me repetían a menudo eso de “has sacado el físico de tu padre” (salvo por las tetas claro☺), aludiendo a mi corpulencia; si llegaba a casa con unos kilos de más tras unas vacaciones… no me molestaba en enseñar las fotos, no importaba que  hubiera nadado con delfines o que hubiese subido corriendo las ochenta plantas hasta la azotea del Empire State, la bienvenida era algo así como: – ¡hija has engordado! ¿Pero cómo se te ocurre?…

A día de hoy, casi me resulta cómica la idea de que el resumen que hace mi madre de cualquier conversación/encuentro que mantenga  con un conocido es: “está más gord@”.   Así le acaben de revelar la mismísima fórmula de la Coca-Cola….

En fin, el resultado de todo esto es que te TRAUMAS , así con mayúsculas, creces con un montón de prejuicios y acabas creyendo que no importa qué metas alcances o que lleves una vida que incluso otros envidiarían, estas gorda, gooordaaaa, goooooooordaaaaaaaaaaa y serás una fracasada infeliz que morirá sola al lado de un bocata de mortadela. #esoesasin.

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Llegados a este punto, no me quedaba más remedio que  fumigar todas las semillas que hicieron crecer tanta mala hierba en mí;  decidí desaprender todo lo malo y plantar mi propio jardín de “cosas bonitas”.

Por una vez en la vida me lo creo, seeeeeee look at me baby!, soy una tipa realmente afortunada,  dinámica, divertida, fuerte y ahora por fin, segura de misma, tengo un marido maravilloso que me adora, éxito laboral y un culazo en el que puedes apoyar perfectamente un cubata (en vaso de sidra)….y si, sabed que me encanta lo que soy y disfruto de mi misma.

No guardo rencor a mi señora madre, por diversas razones, cuando ha tenido la posibilidad de valorar a las personas de otra manera, ha decidido seguir haciendo esos juicios de valor suyos tan desafortunados, c´est la vie, lo asumo, al fin y al cabo madre solo hay una (¡y menos mal!)  Eso sí, no falto a comer un domingo con mi vestido más ceñido☺. #weloversize.

Autor: Pilar Lozano