Ser la única soltera y sin hijos (ni ganas) del grupo de amigas, hace que todo lo que hagas sea juzgado.

Si salgo mucho, es que soy una perdida. Si viajo sola, que no soy consciente de lo peligroso que es y si les digo de quedar a comer en un sitio donde no están permitido los niños, son pariente directo de Belcebú.

Todo esto comenzó porque hace años que no nos reunimos y propuse hacer una comida de amigas, como si fuera de empresa, antes de que acabasen las fiestas. Tras una larga espera para que todas pudiésemos un día y una hora en común, vino el problema del sitio.

Llega un punto que no soy consciente, pero la tendencia es que me muevo por muchos sitios de only adults, donde los niños no están permitidos ni en fotos casi casi. ¿Por qué lo hago? No lo sé, pero supongo que es por tranquilidad.

La cosa está en que reservé para todas y una de mis amigas llamó para pedir una trona. Nada más enterarse de que su pequeño angelito no era bien recibido, armó una buena en el grupo de amigas.

En ese momento, el grupo se dividió en dos: las mamis que ese día pasaban de ir con el baby y les parecía maravillo poder desconectar y las que me tacharon de insensible por escoger un sitio donde no todos eran bien recibidos.

really?

¿La comida no es para que nosotras nos juntemos?

¿No te fías de que su padre le cuide unas horas?

¿No te cansas de estar siempre pendiente ellos y que nadie lo esté de ti?

Mi sinceridad no fue bien recibida y muchas amigas me han dejado de hablar. Yo entiendo que ser mami es 24/7, pero un día y por un par de horas, no pasa nada. Ya no son tan bebés y tampoco pido tanto por querer disfrutar de mis amigos sin necesidad de cortarme porque esté un niño delante.

Si alguna de ellas está leyendo esto, no te pido que dejes de madre, porque lo haces brutalmente bien y ojalá yo hubiera estado así de atendida, pero eres mucho más que eso.