NO ME ABURRO: SOY AMA DE CASA

 

Al tener a los pequeños tan seguiditos la guardería se me comía el sueldo cuando me reincorporé y los pobres no la amortizaban, pues se pasaban el día contagiándose constipados el uno al otro. Así que decidimos que lo más cómodo (y rentable) era que los primeros años dejase de trabajar (fuera de casa) hasta que crecieran un poco y la situación cambiase. 

Una de las veces que los nenes estuvieron malitos los llevamos al pediatra (claro).


Al rellenar la ficha para hacernos la receta nos preguntó la profesión y cuando yo le dije que no trabajaba me suelta «¿no te aburres?».


«Sí, señora. Me paso el día mirando el techo de puro aburrimiento».


Y la verdad es que con cuatro niños, una casa (compras, lavadoras, limpieza,..), los cursos a los que me apunto porque una no sabe estar quieta, las múltiples aficiones a las que no quiero renunciar (las manualidades, las series, leer, pasear y mi vida social y familiar (sigo siendo hija, hermana, amiga, esposa…además de madre) no tengo tiempo de nada.


Me hace gracia la gente que se cree que las amas de casa se aburren todo el día y no tienen nada más que hacer que mirar culebrones mientras se hacen la manicura.
Yo os aseguro que las temporadas en las que he tenido más tiempo libre y menos ganas de hacer cosas ha sido cuando he trabajado fuera de casa.
No sé a qué puede ser debido. Supongo que (en mi caso) tiene algo que ver con que te metes en una rutina y no tienes ganas, ni tiempo de buscar actividades «extra» mientras que si no trabajas, intentas «aprovechar el tiempo» haciendo que esa temporada en casa sea productiva y te buscas mil cosas para hacer.

 

Es así como acabo llenando todos los minutos que creo que tengo libres. Me apunto a cursos, digo que sí a todo lo que me proponen, empiezo proyectos, me planteo otros, intento acabar la carrera, me da por aprender idiomas, apuntarme a talleres y además quiero llevar todo lo de la casa bien porque, claro, ¡¡¡tengo tiempo!!! No veáis que estrés.


Eso sin tened en cuenta que llevar una casa con niños es un trabajo de la hostia, pero siempre pienso que me va a sobrar un montón de tiempo.

Solo tener que compaginar los diferentes horarios de todos, hacer de taxi para las actividades extraescolares y su amplia vida social (más amplia que la mía de lejos) ya me ocupan la jornada.

El caso es que siempre hay alguien que no está contento y que se dedica a criticar.

Burotachos