Hemos estado todo el invierno esperándolo: todos los días en que mirábamos por la ventana del lugar de trabajo y veíamos el cielo nublado, dejándonos invadir un poco por la tristeza (¡pero solo un poco!); todos los días de lluvia, que nos obligaban a cancelar los planes y a quedarnos en casa; todos los días fríos, en los que no apetecía salir, y acabábamos viendo esa película en el sofá. Sin embargo, al final llegó, ya está aquí: el verano. Adiós a la ropa pesada, chaquetones, estufas, resfriados, y bienvenida a la ropa ligera y corta, refrescos, helados, sol y actividades.

Entre tanto, amanece un día radiante y, mientras algunas se quedarán en casa frustradas por no haber dado la talla esperada, por no poder ocultar esa mancha o por no haber encontrado el bikini de moda, nosotras lo tenemos claro: ¡a la playa a divertirnos! No hay tiempo que perder cuando de lo que se trata es de la diversión. Nos ponemos en ese papel de Dionisio que tanto nos gusta -el papel de la diversión y la despreocupación-, y renunciamos a ese papel intencionadamente impuesto de Apolo, el de la perfección. ¿Cuándo comenzó a ser más importante algo de grasa acumulada que el sentir el sol, la arena y el mar? ¿Cuándo comenzó a ser más importante esa imperfección en la piel que las risas, los momentos intensos y la compañía? ¿Cuándo nos volvimos tan…? En fin, vayamos a contracorriente, preocupémonos por la vida, y no por las creaciones publicitarias e intencionadas. No vamos a sacar cita para ponernos labios, ni torturarnos por 2 kilos de más, ni dejar ver afectada nuestra autoestima por esa arruga. Ese no es nuestro juego. Hemos estado todo el invierno esperando este momento.

Ahora bien, más allá de preocupaciones banales generadas por la publicidad y los cánones del marketing actuales sobre la estética, sí que hay algo a lo que hay que atender: la salud de la piel. Aquí ya no hablamos sobre cómo cuidar el último tatuaje para que brille y no pierda calidad (y, de paso, para ser el centro de atención), sobre cómo broncear más rápido mi piel (para que la gente piense que mi vida es pura aventura y fantástica, que vengo de unas vacaciones en Tailandia), o sobre cómo atenuar esa arruga de la edad que hemos encontrado (para que todos piensen que tengo 46 y no 48). No; aquí hablamos sobre la salud de la piel, sobre protegerla frente al envejecimiento prematuro, irritaciones o incluso el cáncer de piel. Por ello -y bien hecho-, se nos recuerda constantemente la importancia sobre el protector solar. Antes de tirarnos a la toalla, incluso antes de la primera exposición solar, es importante aplicar el protector sobre nuestra piel, y repetir la aplicación cada 2 horas o tras sudar o el baño. Ahora bien, quizá haya algo más a lo que no se le presta tanta atención. ¿Nos hemos parado a pensar acerca del después de la exposición solar?

Tras una larga exposición solar, jugando al voleibol en la playa, descansando en la arena, dando un paseo o simplemente leyendo sobre la toalla, nuestra piel puede mostrar síntomas tales como la sequedad o las rojeces. Entonces, es cuando nos toca proporcionarle un extra de hidratación y nutrición. Sin embargo, aunque no sintamos ni observemos síntomas en nuestra piel, la aplicación del after sun es siempre recomendada, como medida preventiva. Si no tienes tiempo, o si incluso la farmacia más cercana te pilla algo retirada, no es excusa. Al igual que en otros campos, las farmacias online están accesibles a un click en internet, en las que puedes comprar tus productos y recibirlos en casa. En distintas farmacias online puedes conseguir un after sun de marcas de farmacia prestigiosas, con ingredientes como aceite de sésamo, vitamina E, ácido hialurónico o aloe vera, y que se encargarán del cuidado de tu piel tras la agresión del sol. De hecho, ¡menuda ventaja! Tener productos farmacéuticos accesibles online y recibirlos en casa, al igual que ocurre con otro tipo de productos de consumo, es super cómodo.

La siguiente pregunta a la que vamos a responder es: ¿cuándo y cómo aplico el after sun? Sí, sabemos que tu piel irradia calor y no quieres que se te descame. Pero espera un poco. Primero llega a casa y date una ducha, limpiando así la piel de la barrera del protector solar y de los restos de arena o sal. Es entonces cuando, una vez ya te has secado y te has puesto cómoda, te recomendamos aplicar el after sun. Masajéalo por todas las áreas de la piel que hayan estado expuestas al sol, dejando que la piel lo absorba. Ah!, si al día siguiente ya notas la piel más calmada y mejor, sigue con una nueva aplicación. Recuerda: aunque los síntomas más notorios de sequedad hayan remitido, ¡vuelve a aplicarlo! La nutrición y la hidratación de la piel nunca están de más.

La exposición solar es una de las causas de la sequedad en la piel, así que…¡usa un buen after sun y combate la sequedad!