Antes de tener hijos, el trato con mi marido era: Él cocinaba, yo manejaba la lavadora, y los dos limpiábamos la casa.

Con el tiempo, y con la llegada de los peques, como que se relajó progresivamente hasta llegar al punto de no recoger ni los calzoncillos del suelo.

Ahora yo trabajo solo a media jornada para pasar mas tiempo con los peques y para tener la casa medio limpia, pero de ahí a aceptar que absolutamente todo es responsabilidad mía va un trecho. Acepto que, al tener mas tiempo (yo trabajo dos días entre semana, y los peques van 3 a la guarde), puedo hacer mas cosas. Pero me niego a hacer el 100% del trabajo. O aportas, o apartas es la filosofía que estoy siguiendo últimamente.

Considero que no es mucho pedir hacer la cena de vez en cuando, fregar los platos, barrer el suelo. No sé, cosas normales para mantener la casa limpia

Me cansé, y una noche, cuando los peques se fueron a dormir, lo senté para que habláramos (porque, aunque aquí estuvisteis todos muy seguros de que no hablamos en esta familia, sí que lo hacemos. Y se perfectamente lo que nos funciona o no).

Expliqué que me sentía como una criada para todos. Que sentía que tenía que estar a todo yo sola, y que en esta familia en vez de dos críos y dos adultos parecía que yo era una madre soltera al cargo de tres criaturas. Y si, me dio la razón a la primera. Se disculpó y prometió involucrarse mas en la casa. Por ejemplo, en la cocina. O barrer un poco el salón cuando los peques se van a la cama.

Así que empezó a encargarse de la cena y de algunas cosas en casa más básicas. ¿Estamos al 50%? Ni de broma, ¿estamos bien así? Si.

Al fin y al cabo, yo estoy un día entero en casa sin niños, me da tiempo a hacer la limpieza más a fondo y a descansar un rato antes de recogerlos.

¿El problema? Mi marido espera un pin cada vez que mueve un dedo. Imaginaros la siguiente escena:

Yo trabajo los domingos, los críos se quedan en casa con él. Llego de trabajar y me los encuentro en el salón jugando con los legos. Voy a cambiarme de ropa y veo las tres camas sin hacer. Paso por la cocina y veo los platos de la comida sin fregar. Y mi marido viene todo contento: “he puesto una lavadora. ¿Estás orgulloso de mi?”.

O un día estoy recogiendo la ropa mientras él los baña. Antes de eso, he estado tendiendo y limpiando el baño mientras ha estado jugando con el móvil tirado en el sofá. Mira, he bañado a los peques, ¿lo he hecho bien?

¿Por qué cojones tengo que alabarte cada vez que haces algo? Se llama ejercer de padre. Se llama ser un adulto responsable. Y no, no veo por qué debería de hacerte la ola por ello.

¿Acaso alguien viene alguien a darme una palmadita en la espalda cada vez que pongo una lavadora?  ¿Vosotras recibís un premio por ejercer de madres? No sé, igual es algo que existe y está extendido y soy yo la idiota por no saberlo.

Pero hasta que vengan y me den un Oscar a la mejor madre del mundo por llevar a los peques al medico cuando se ponen malitos, no voy a aplaudirte cada vez que decides levantar el culo del sofá.

Andrea M.