¿Cuántas veces nos habremos repetido esto como un mantra? Seguramente muchas. A esta pregunta, además, le acompañan muchas “justificaciones” con las que intentamos convencernos de que efectivamente no hacerlo la primera vez que quedamos con quien nos gusta, es lo mejor. Pero ¿lo es?

No, yo no follo en la primera cita porque… va a pensar que soy una fácil. Es una auténtica mamarrachada juzgarnos a nosotras mismas por el simple hecho de bajarnos las bragas en la primera cita. Nos hacemos mal la pregunta. Más bien sería: ¿acaso él no está siendo también fácil accediendo a ello? Nos auto culpamos sin sentido “gracias” a los prejuicios sociales que solo plantean esta duda entre las mujeres y no entre los hombres. Hola micromachismos.

No, yo no follo en la primera cita porque… va a pensar que soy una guarra. Pero tía, ¿por qué te van a llamar guarra? Una persona guarra es la que no se lava, no la que vive su vida como le sale del coño, no la que hace lo mismo que un tío al que justo acostarse con cuantas más chicas mejor, se le reconoce como a un machote entre los colegas. Así es que, no, no justifiques que si tú lo haces está mal porque no hay ninguna diferencia entre tú y él. 

No, yo no follo en la primera cita porque… va a pensar que lo hago con todos. ¿con todos? ¿y qué pasa si tenemos más de uno con el que nos acostamos? ¿Es que acaso en la primera cita ya le debemos fidelidad a alguien? Parece que, a nosotras, mujeres, si follamos en la primera cita, directamente se nos descarta como futura posible relación estable porque… como follamos con todos en la primera cita, no le damos exclusividad a nadie y se pierde la magia. En serio, ¿hablamos de echar un polvo o de magia borrás? 

Al final, todo depende del momento, de las circunstancias… y, personalmente creo que tampoco debe ser una idea premeditada con la que debemos ir a las primeras citas. Simplemente si todo ha ido bien, nos hemos divertido, hemos disfrutado, hay feeling y todo fluye… ¿Por qué no hacerlo? Martirizarnos pensando en lo que piensa o no la otra persona solo nos sirve para dañarnos a nosotras mismas auto prejuzgándonos, además de negarnos lo más fundamental: disfrutar. 

Y, si no vuelve a haber una segunda vez con esa persona, pues chica, tampoco era para tanto. Que nadie te cuestione o te haga sentir menos respetada por abrir las piernas en la primera cita. Que el tiempo pasa, y los polvos también. Aprovecha y haz lo que sientas en cada momento, que, para darle una alegría al cuerpo, tampoco hace falta ningún compromiso. Solo disfruta al máximo y olvídate de los prejuicios sociales absurdos que no sirven para nada. Robar, matar o mentir si es malo. Follar no.   

Merche Martínez