Hay pocas cosas tan significativas en esta vida como que una mujer se cambie el corte de pelo. Flequillos y medias melenas son toda una declaración de intenciones en lo que a cambio vital se refiere.

Esta mañana leía un tweet de la vecina rubia que decía esto:

“Pelo cambiado, ex olvidado” – Ella, tan sabia como siempre.

También hablo de este tema otra mujer sabia, Coco Chanel, que dijo:

“Una mujer que se corta el pelo está  a punto de cambiar su vida”

Es esa necesidad humana de mostrar al mundo el proceso interno que tus lágrimas ha costado. Como si con esos centímetros de pelo se fuera la tristeza, las dudas y el sufrimiento que “ese alguien” o “algo” te ha proporcionado.

Necesitas verte distinta por fuera, porque te lo sientes por dentro. Y, ¡qué demonios! te apetece gritarlo al mundo.

Cambiar y cerrar etapas. Lo hizo Carrie Bradshaw cuando se separó de Mr. Big y, estoy segura, lo hemos hecho tú y yo.

Porque cuando pasamos por un momento difícil – ya sea una ruptura amorosa, un cambio de trabajo o la pérdida de una amistad- deseamos volver a empezar y con un nuevo corte de pelo dejamos atrás ese pasado que queremos olvidar.

Esos cambios son los que mejor sientan y tu autoestima aumenta.

Para mí, es una sensación muy parecida a la que siento cuando paso de invierno a primavera. Calorcito. Promesas de buen tiempo y solecito en las terrazas. Ese momento que en el que te sientes eufórica y feliz porque sí, porque existes y estás bien.

En definitiva, amigas: a lo que me vengo a referir es que a veces el mejor final  a una terapia es pasar por las manos de esas otras psicólogas con tijeras, cortar por lo sano y empezar de nuevo.

Apunta: Lo mejor está por venir.