Hoy R. nos cuenta que está obsesionada con no engordar:

 

¡Hola! Antes de nada, muchísimas gracias por la oportunidad, lo estoy escribiendo muerta de miedo, porque no sé cómo me sentiré al poner todo esto en palabras. 

Soy muy consciente de que tengo un problema con la imagen que tengo de mi cuerpo. No me ha gustado nunca, pero la cosa ha ido a peor. Desde hace un tiempo he perdido peso, bastante peso, lo que en principio parecía la solución a todo. Pero no ha sido así. Me miro y no me gusto. Pero no me gusto hasta el punto de echarme a llorar por cómo me veo algunos días o por alguna foto. 

El tema es que, además de la infelicidad que conlleva esto, empleo casi todo mi tiempo libre y mi esfuerzo en luchar contra mi cuerpo, mucho deporte, planificación de la alimentación… Casi toda mi vida está enfocada a no engordar, a bajar de peso, a tonificar…

Últimamente he estado barajando la posibilidad de hacer terapia con algún especialista en este tipo de conducta, pero creo que no me servirá. Mi mente está muy centrada en cambiar mi cuerpo y no la forma en la que lo ve. En realidad, es que no estoy segura de querer cambiar la forma de mirarme en lugar de mi cuerpo. Por tanto, no sé si la terapia me servirá o todo esto también es algo que se puede cambiar durante el proceso. 

De lo único que estoy segura es de que odio mi vida tal y como es ahora, es puro sacrificio, angustia, exigencia… No disfruto de nada, vivo como en una penitencia constante. Estoy ahorrando para operarme (sí, hasta ese punto), pero, además del riesgo que supone, me temo que tampoco va a solucionar mi problema. 

¿Qué me aconsejas? ¿Cómo puedo abordarlo?

 

Un saludo y mil gracias.


Hola R. Lo primero, gracias a ti, sin vosotras esta sección -y toda la web Weloversize- no tendría sentido.

Permíteme que vaya a calzón quitado contigo; es posible que, o bien sufras de trastorno dismórfico corporal (TDC) o de algún tipo de trastorno de la alimentación, y te explico.

El TDC consiste en una preocupación excesiva y obsesiva por algún defecto corporal, ya sea real o imaginario. Por ejemplo, cuando pensamos que tenemos un culo enorme cuando tenemos una talla 38 -por debajo de la media- y nos obsesionamos con adelgazarlo, tonificarlo, cambiarlo. También puede ser otro tipo de defecto, como por ejemplo una persona a la que no le guste su nariz y se obsesiona con ella. La esencia es :

Esto no me gusta de mí y me obsesiono por cambiarlo. ¡Ojo! No es que me esfuerce, es que mi vida gira en torno a cambiarlo.

Existen muchos trastornos de la conducta alimentaria más allá de la bulimia y la anorexia.

También te comentaba que es posible que tengas algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria. Tendemos a pensar en trastornos alimentarios como bulimia y anorexia, pero existen muchos otros, como puede ser la permanexia, la ortorexia, la vigorexia,…

 

Te voy a hablar un poco de un par de TCAs que, quizás, puedan tener que ver con tu caso:

 

La permanexia

Es la obsesión con seguir dietas y vida sana. Las personas con permanexia están obsesionadas con controlar todo aquello que ingieren, cuentan calorías, micro y macronutrientes, cambian de dieta casi compulsivamente, etcétera. Las personas con permanexia pueden incluso seguir a dieta aunque hayan alcanzado su peso saludable pues la idea de engordar les horroriza y les genera ansiedad.

Por ello, es muy posible que una persona que sufre de permanexia se machaque en el gimnasio con el fin de quemar todo lo que ingiere pensando que de esta forma no engordarán. ¡Ojo! Una cosa es llevar una vida sana, en la que también hay cabida para caprichos sin culpabilidad, ejercicio y modificación de la dieta (si antes te comías una bolsa de patatas fritas diaria, saber que eso no es saludable y comer más frutas, verduras, proteínas saludables, menos procesados y, por supuesto, menos patatas fritas) y otra cosa es machacarse por no llegar a ese nivel de perfección en la dieta y en el cuerpo.

La permanexia es la puerta de entrada a otros TCAs más conocidos, como la bulimia o la anorexia, por lo que si te identificas con ella es URGENTE que acudas a un profesional de la salud mental (psiquiatra y/o psicólogo, nada de gurús del coaching o de la vida fit ¡ni se te ocurra!) que te puedan ayudar. Por cierto, muchos de los gurús fit de internet no sólo no ayudan, sino que son ejemplos de una perfecta permanexia.

 

Detrás de un realfooder tocacojones o un gurú del fitness de internet puede haber un TCA. Ojo con los modelos que escogemos.

 

La ortorexia

Es la obsesión por comer sano, hasta el punto de demonizar determinados grupos de alimentos. A diferencia de la permanexia, en donde la obsesión se centra en las dietas adelgazantes, la ortorexia se centra en la calidad saludable de la comida. Por ejemplo, la gente que no come ni un hidrato de carbono, aun no teniendo condiciones médicas para ello, podrían estar sufriendo de ortorexia.

Las personas con ortorexia excluyen alimentos de su dieta; por ejemplo, no comen carne, pero no porque consideren que los animales no tienen que ser usados para alimentarnos, no, sino porque consideran que la carne es mala, o no comen alimentos que no sean ecológicos. Estas personas pasan mucho tiempo planificando qué van a comer, cómo lo van a cocinar e incluso dejan de llevar a cabo actividades sociales porque o bien la alimentación que conllevan no es la “perfecta”, o bien porque necesitan la seguridad de su cocina para controlar todo lo que ingieren.

Este tipo de personas, además, se creen muchas veces los adalides de la verdad absoluta nutricional, por lo que indican a los demás qué comer, qué fallos tienen a la hora de alimentarse e, incluso, pueden llegar a menospreciar a los que no siguen sus “saludables” normas nutricionales.

Movimientos como “El real food” no ayudan para nada; detrás de un realfooder tocacojones e inflexible es probable que encontremos un ortoréxico de manual. Al igual que la permanexia, puede ser la puerta de entrada a otros TCAs más duros, por lo que es algo a tratar en consulta profesional.

Llegadas a este punto quizás te preguntes si puedes estar sufriendo dismorfofobia y alguno de estos TCAs al mismo tiempo y la respuesta es sí, desde luego. Es muy posible que el desarrollo de estos TCAs partan de que lo que ves en el espejo no te gusta y te obsesionas con ello.

 

La autoexigencia extrema y la falta de autoestima son dos de los factores que nos llevan a tener este tipo de conductas dañinas.

 

En la raíz de estas situaciones se encuentra exactamente lo mismo; la necesidad de autoexigencia y una baja autoestima. Tengo que ser perfecta, ergo tengo que tener el cuerpo perfecto, la alimentación perfecta, la rutina perfecta del gimnasio, los alimentos perfectos… Porque sin autoestima no entendemos que la perfección no existe, porque consideramos que seremos mejores de lo que somos si nos exigimos hasta ahogarnos a nosotras mismas. Porque, en definitiva, hay un desequilibrio entre el valor que damos al envoltorio y al contenido. Y el mundo de cartón piedra de internet, con sus reglas fit, sus reglas realfooders, sus reglas de qué es la perfección, tampoco ayuda nada.

 

R., querida, cuando algo te obsesiona y duele, es el momento de pararse y pensar que tienes un problema. Da igual si es el peso, la alimentación, el gimnasio o que nunca vas a tener pareja; si te obsesiona, ahí estamos teniendo un problemilla que, quizás, sea un problemón. Por tanto, lo único que te puedo decir es que sí, acudas a terapia. Quizás en vez de pensar que es para dejar de ser como eres, deberías pensar que vas a terapia para ser como realmente eres y aprender a amarte y cuidarte, pero cuidarte de verdad.

 

No te preocupes; bajo ese disfraz de perfección que te has impuesto estoy segura de que hay una mujer maravillosa, llena de miles de cosas que ofrecer a los demás y a sí misma. Sólo tienes que querer conocerla.

 

Con Amor,

Eva

Si quieres contarme tus cositas y que te aconseje, escríbeme un WeloverTerapia.

También puedes venirte a mi Instagram.

Si necesitas un chutazo de autoestima, puedes echar un vistazo a mi manual gamberro.