Si eres de esas personas que a la mínima detecta un olor «raruni» (Rastreator me llaman en casa…) o si conoces a alguien que cuando le toqueteas la cara te dice «has usado cebolla»: este jabón de acero, te va a encantar.
El mecanismo es más básico que el de un botijo: una pastilla de jabón (tirando a pequeñita) de metal. Sólo necesitas agua y chimpún. Ni jabón ni nada.
Coges la pastilla, te la refriegas por las manos debajo del agua y CIAO OLORCILLOS.
Ha superado el olor de 3 de los alimentos que más tufo dejan en las manos:
- CEBOLLA
- AJO
- PESCADO.
En este caso no he sacado foto, por razones obvias. Pero os garantizo que he limpiado chipirones con estas manitas y al acabar me he pasado el jabón y han dejado de oler. Y os garantizo que antes usaba lejía para sacarme el olor de las manos. (Sí, soy bruta como las piedras)
¡Olvídate de los trucos de la abuela o de las miles de cremas de manos para camuflar el olor!
NOTA: No lo he probado en situaciones tales como: tocar a perros mojados, pies sudados o similares… pero creo que hasta en esas situaciones, sería eficaz.