¡Hola, amigas de WLS, me llamo Ana, pero podéis llamarme Anita Dinamita!

Y diréis, ¿por qué, porque soy «la bomba»? No, el mote me lo pusieron mis amigas, que son un poco perras, porque tengo la mecha de la paciencia muy corta y cuando se me acaba… exploto.

Yo, siempre

En fin, esto no viene al caso. Hoy quería contaros la historia de mi amiga Lauri. Lauri, si me estás leyendo, va por ti.

Resulta que Lauri se hizo Tinder, por cosas de la vida. No había salido de una relación traumática, ni pretendía dar celos a nadie, solo quería divertirse y, si se alineaban los astros, pues triscar, obvio. He encontrado por aquí algunos consejitos para saber cuándo NO dar match en Tinder. Porque Anita enseña y divierte.

Eso, sigo. Lauri, un buen día, hizo match con un tipo bastante mono, y cuando hablaron tenían muchas cosas en común, no era el típico salido, la hacía reír… Nos enseñó las fotos y confirmamos todas que era lo mono que decía.

Bueno, normal, tampoco te flipes

«Pues yo veo algo raro», soltó Marina. Marina es la más bitch de todas (le hemos comprado una coronita de Bitch Queen, y todo), pero te dirá las cosas como son. Y en cuanto lo dijo, nosotras también empezamos a notar algo extraño en las fotos. No sabíamos qué era, pero… algo raro. ¿El ángulo, la iluminación, la pose…? Que hay fotos de Tinder mucho más surrealistas que las del muchacho este, pero…

«¿No parece un poco bajito?», preguntó Noelia, que es muy de las parejas tradicionales chico alto/chica bajita. Irónicamente, mide 1,80. Empezamos a creer que lo que veíamos raro era porque el tipo se hacía las fotos para no mostrar su altura. La paranoia que nos entró fue bastante mítica.

«Pues me da igual, yo voy a quedar con él», se empeñó Lauri, y dio un golpe de melena. Cuando Lauri da un golpe de melena, es una decisión firme.

Una semana después, volvimos a reunirnos, la squad al completo. Estábamos todas impacientes por saber si el chico Tinder era alto o no, y en cuanto llegó Lauri todas la mirábamos como si fuese a darnos el resultado de algún premio importante. And the Oscar goes to…!

«¿Qué, cuánto mide?», quiso saber enseguida Noelia.

Lauri se sentó en su silla, tranquilamente, y soltó: «1,38».

Mira, el silencio que se hizo en nuestra mesa no se había producido desde que Isa se lio con uno de los ex de Marina. Miré alrededor y las caras de confusión de mis amigas no tenían precio, aunque la mía tampoco debía tenerlo. Pero un instante después, empezaron todas a descojonarse. ¿Podéis imaginar el apodo que le puso enseguida Marina? Exacto:

«¡Hostia, el Tyriooon!»

Ya os he dicho que son muy perras. Lauri se enfadó, y con razón.

«Pues me lo he chuscado», acabó diciendo. Y otra vez el silencio sepulcral.

Al cabo de unas semanas, Lauri y el Tyrion, digo, Manu, empezaban a salir formalmente, así que me pidió que quedase con ellos antes de presentárselo al resto de la squad. Tenía miedo de que fuesen bordes con su chico, y creo que me utilizó como conejillo de Indias para saber cómo reaccionaríamos tanto nosotras como él. Metí la pata nada más conocerlo porque lo llamé Tyrion, pero él me dijo que era su personaje favorito y me preguntó si llevaba al día Juego de tronos. Y cuando fue a pagar lo que habíamos comido en el bar, soltó que «un Lannister siempre paga sus deudas».

Nunca he conocido a nadie que tenga un sentido del humor tan fantástico y que haga reír tanto a Lauri. Adivinad quién se casa el año que viene y qué temática han elegido para la boda. Exacto: Lauri y Manu el Tyrion van a hacer un banquete inspirado en Juego de tronos. Mientras no sea la boda roja, a mí me vale.

¿Qué podemos aprender de todo esto, amigas de WLS?

  1. Siempre nos equivocaremos y prejuzgaremos a la peña
  2. Hay gente estupenda por el mundo, incluso en Tinder
  3. Si conectas con alguien, la apariencia da igual
  4. Necesito un maldito vestido para el año que viene

 

Imagen destacada

 

Anónimo