Ves cuando tu madre te dice “hija, ponte un abrigo que refresca y coges un catarro”. Obviamente tú pasas de tu madre, acabas pillando un pedo memorable, sufres una resaca de tres o cuatro días porque ya estás mayor y cuando ha pasado una semana te das cuenta de que no es resaca, es un catarro como bien vaticino tu madre. Pues yo soy como ella pero con el tema Tinder.

Me considero una experta en esta maravillosa aplicación y es que a base de pollazos, plantones, catfish y citas desastrosas, he recopilado información que creedme, os va a venir muy bien. No es por tirarme flores, pero he salvado a mis amigas de muchos tíos turbios y más de una vez les he soltado un “te lo dije” cuando un capullo en potencia se convertía en un hijo de *#@!.

Al principio me llamaban malpensada y cínica, pero os juro que he desarrollado un radar para detectar a los gilis de Tinder. Por eso hoy, queridas sirenas gordibuenas, he venido a compartir mi sabiduría.

Huye si…

  • No tiene nada en la bio.

Si es incapaz de poner una sola frase ingeniosa en su biografía de Tinder sentado en el sofá de su casa mientras se bebe una cerveza, imagínate lo aburrido que tiene que ser mantener una conversación con él en un bar. ¿Tan difícil es decir una sola cosa sobre ti? Yo que sé, que te gusta escuchar a Taylor Swift mientras haces sentadillas en el gimnasio. No es tan difícil.

  • Dice que le gusta viajar pero no ha salido de Cartagena en su vida.

STOP TOPICAZOS. Yo también soy amiga de mis amigos, escucho la radio y me gusta ir de terraceo. De verdad lo más original sobre ti es que te gusta viajar, querido señor que no ha salido de su pueblo en tres años. Vamos a ver, ¿a quién no le gusta viajar?

Hay un espécimen todavía peor y es el que se fue a Tailandia de viaje de fin de curso hace siete años pero todavía sigue subiendo las fotos con el hashtag #traveller. OLE TÚ.

  • Solo pone su nombre de usuario de Instagram.

¿Tú qué quieres, alma de cántaro? ¿Amor? ¿Un ligue? ¿Un polvo? ¿Seguidores de Instagram? Yo apuesto por esta última opción.

  • Pide más requisitos que una oposición a Guardia Civil.

Cuando se ponen exigentes en su bio del Tinder huye como si te persiguiese un Pitbull furioso.

“Chicas deportistas, divertidas, con trabajo y limpias.”

Traducción: gordas no porque yo me creo el puto Cristiano Ronaldo del pueblo. Aburridas tampoco porque ya que yo soy un seto, por lo menos que ellas mantengan la cita a tope. En paro menos, porque a ver quién paga la cita si mis padres sólo me dan 10 euros de paga. Y bueno, sucias no, porque soy de los que dicen que un coño sabe mal pero a mí el rabo me huele a requesón.

  • Habla de lo bueno que es en la cama.

Cariño, dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Probablemente tarde menos de un minuto en correrse, tenga el pene como el garfio de un pirata o confunda tu clítoris con la uña de tu dedo gordo del pie. Avisada estás.

  • En su bio hay más cosas que odia que cosas que le gustan.

Si lo más importante de tu vida y personalidad son las cosas que odias, probablemente tu vida y tu personalidad son odiosas. Paso de perder el tiempo con un tío que ve la vida más negra que mi agujero del culo. Sorry not sorry.