Parir así es morir (de amor)

 

Ya tengo conmigo a mi trocito de cielo. Pero para trocito de cielo el que casi me reservan a mí allí arriba después de este parto.

Lo primero decir que estamos bien. O al menos estamos mejor. Y esto es lo realmente importante.

Ayer por la mañana fisuré bolsa y nos vinimos a urgencias. Me ingresan indicando que en principio me dejan a mi aire para que yo inicie el parto y sino, como mucho mañana, a tope con la oxitocina y antibiótico, ya que al ser rotura de bolsa ese es el protocolo. Desde que entramos por la mañana hasta las 8 y algo de la tarde na más que comer y aburrirnos. Ays por aquí, Ays por allá, pero señales de parto cero. Ni pelota ni peloto ni andar ni sentar. Nada. Un chocho inerte e indiferente vamos.

Sobre las 8 viene la ginecóloga y me propone el propess. Yo con prisa digo of course, y me lo llevo puesto. La ginecóloga me explora y me dice 1 mísero centímetro. Me advierte que esto seguramente ‘solo’ sirva para acortar cuello y dejar el plato preparado para mañana. Ok. Después de cenar me pongo en la pelota y OMG. Qué puto dolor se me mete. Aviso y me ponen monitores. No hay contracciones dolorosas ni regulares, dicen. Ese dolor es el bebé bajando, dicen. Yo no sé. Pero es mucho dolor así que me dice de hacer un tacto. Lloré como una niña pequeña. Me metió la mano hasta quién sabe dónde. Era el tercer tacto del día y nada que ver con los otros dos. (Más tarde supe que a esto se le llama MANIOBRA DE HAMILTON, cosa que nadie me informó ni antes ni después de hacerla). Me dice que 1 centímetro y poco y cuello posterior aún. Sobre las 12 me pinchan en el culo y me aconsejan dormir. VA A DORMIR TU PUTA MADRE. Pienso. Buenas noches. Digo.

Duermevela de 12 a 2. A las dos voy al baño y me quito el puto propess. Quiero dormir. A los 20 minutos aproximadamente se me quita en seco el dolor. Me duermo. Me despierto a las 3. Hago pipí. Empiezo con contracciones dolorosas. Cada 2/3 minutos. In crecendo. A las 5 aviso. En monitores salen más claras y constantes, pero no hay patrón de parto. Me dice que me duche y tengo tantísimo dolor que lloro sin descanso. Cuando hay contracción lloro por el dolor. Cuando no hay contracción lloro porque sé que viene otra.

En la ducha me mareo, no me alivia. La llamo, me hace un tacto (Hamilton. EL REGRESO). Estoy de parto. 5 centímetros. Le suplico epidural y bromea con llamar por su pinganillo. Sinceramente, solo me sale partirle la puta cara. Y ahí ya no me salen buenas palabras y confío en que mi cara me delate. No tienes ni puta gracia. Ni tacto. Me llevan a paritorio, vuelvo a pedir EPIDURAL pero me dicen que primero hay que ponerme suero y cosas. Que toca esperar. Yo chillo como en una puta matanza y cuando ya están todos los preparativos, OH SORPRESA, ya no hay epidural.

Estoy de 8 cm. 5 pujos INTERMINABLEMENTE DOLOROSOS. Y ARTURO EN MI PECHO. Se abre paso, grandioso, con 3.125 kg.

Tiran del cordón para sacar placenta. Se rompe el cordón y se queda la placenta dentro. Meten la mano, SIN EPIDURAL, no sale. Meten la mano por segunda vez y no sale. Hay un trozo de placenta pegada. No sale. Tiran de la placenta a dos manos, a tirones. Yo notaba en cada embestida estar más lejos.

Piden un anestesista para sedarme y sacarla. Dicen que tardan. No pueden tardar, me desangro. Lo intentan 3 veces más. A Arrogancias le da un amarillo y se tiene que sentar sudando. NI TARANTINO AMIGAS. NI TARANTINO BORRACHO monta semejante carnicería.

Tres cuartos de hora después de parir llega la anestesia, pero yo ya estoy con un pie fuera. Me llevan a toda prisa a quirófano con 40 pulsaciones y bajando. Y después me despierto en reanimación. Pido ver a mis hombres y me lo niegan porque no me sube la tensión. Finalmente 4 horas después me traen a la habitación con cara y cuerpo en tono blanco nuclear. Y lloro con mis niños. Y me como medio bocadillo de jamón. Y una Coca cola que me devuelve la chispa de la vida. Y doy gracias. Gracias. Gracias porque ha sido muy duro. Pero estoy aquí, y espero que para rato.

 

Lady Apego