A casi todas se nos ha muerto una mascota en algún momento. Hemos pasado por la muerte de un familiar, por un abandono, o por un despido del trabajo. Pero no todo el mundo ha sufrido un aborto.

Somos seres humanos empáticos (unos más que otros, todo hay que decirlo), pero cuando intentas comprender algo que no has experimentado en tus carnes… es jodido. 

En mi caso, llevaba casi 4 años con mi novio. Yo usaba el parche anticonceptivo. 

Estábamos en Canarias el día que me tocaba ponerme el parche de nuevo. Tras buscar en varias farmacias, no lo encontré. Así que me quedé sin parche hasta llegar de vuelta a Madrid. 

Al mes, empezaron las náuseas matutinas, mareos, sofocos…. Muchas veces sufro estrés laboral, lo relacioné con una época complicada de trabajo. 

Lo que hizo saltar las alarmas del todo fue el olfato. Tengo por naturaleza un olfato bastante avispado, pero una ensalada aderezada con vinagre casi me tumba para atrás de lo fuerte que estaba. 

Mi novio ya estaba alerta y me dijo durante varios días que me hiciese la prueba porque se olía que estaba embarazada. Pues…. Si. Cuando se folla sin protección, aunque sea un único polvo… también pasa.

Casi me da un ataque al corazón. Me hice todos los test posibles, a cualquier hora del día, de cualquier manera… y efectivamente todos daban positivo.

Lloré, muchísimo. Pero muchísimo. Llevábamos mucho tiempo juntos, ambos con trabajo estable, viviendo juntos, y tener un hijo entraba ya dentro de nuestros planes de futuro. Pues para adelante.

La médico de cabecera me programó varias citas y controles. Se lo conté únicamente a alguna amiga cercana. Hay cosas que es indiscutible compartir con tus amigas. 

Vivíamos en una casa pequeña, y ya estábamos viendo cómo se podía organizar, cómo podíamos cambiar los muebles, qué posibles nombres nos gustaban… Nadie te dice cómo empezar a gestionar esto, o con qué fantasear primero.

 

A los días, un día estando en el trabajo manché. Me agobié y fui a urgencias. Fui sola, ya que muy poca gente sabía el estado en el que estábamos y no era plan de que él pidiese salir del trabajo o involucrar a más personas. 

Me hicieron análisis de sangre para comprobar cuantitativamente la hormona Beta (la hormona del embarazo). Es un análisis de sangre que tiene los resultados en un par de horas. Ese par de horas esperando en la sala de espera de ginecología y obstetricia del hospital…fueron eternas. Personas embarazadísimas. Personas que acababan de abortar. Monitores, bebés, llantos, personas esperando noticias… Estuve embarazada relativamente poco tiempo y fue una angustia constante. No me quiero ni imaginar 9 meses con la incertidumbre y cambios constantes. ¡Qué estrés!

Finalmente me dijeron que la hormona estaba alta, pero que realmente no veían nada dentro de mi útero. Podía ser por varios motivos, pero me dieron cita para volver 3 días más tarde.

Volví a la siguiente cita y lo mismo, yo seguía manchando, pero la hormona seguía subiendo. Esta vez fui acompañada de mi novio. También digo… que ir sola o ir con un chico insensible es casi lo mismo. 

Me citaron una tercera vez y concluyeron que la hormona estaba bajando, que lo había perdido y que era muy importante que sangrase todo y se quedase bien limpio por dentro para evitar infecciones y otro tipo de problemas. O de manera natural terminaba de irse todo, o me iban a tener que dar unas pastillas muy fuertes para terminar con todo. 

Entiendo que las chicas que estaban en la consulta estén acostumbradas a dar ese tipo de noticias, pero creo que no hay manera de que no te siente como un jarro de agua fría. Cuando te dan ecografías vacías, te dicen que tienes que sangrarlo todo y que puede salir de ahí cualquier tipo de coágulos de sangre y que el ser humano no es tan fértil como una vaca… muy bien no te sientes. 

Esos tres días en esa sala de espera sola, viendo el panorama… fueron horribles. Estuve los siguientes veinte días manchando constantemente. Cada vez que hacía pis me daba el bajón.

Pero lo peor estaba por llegar. Me invadió la tristeza total. El llanto, y el mayor bajonazo de mi vida. Mi novio era una persona que no sabía dar apoyo, es el típico que te arregla un coche, pero te toca con un palito para ver si sigues viva si estás triste. ¿Las amigas que lo sabían qué van a decir? “No te preocupes, eres muy joven. A muchas chicas les pasa. Eso es que él no es el indicado. Era una locura. No es el momento”. Ese consuelo era una mierda. Entiendo que, si no has pasado por eso, no sabes qué se siente. Es muy complicado explicar cómo sientes algo que el resto de las personas que te rodean no han sentido. El resto de las personas que no lo sabía solo estaba flipando con mi estado de ánimo. Me sentí incomprendida. Muchísimo. Los siguientes meses fueron de apatía, de estar de uñas, de rajarme de todos los planes que hacían mis amigas, de tener rechazo al sexo también. Me metí en un pozo oscuro. 

Me costó mucho salir de ese bache. Teniendo que recurrir a ayuda profesional. 

A mi madre se lo conté a los meses. Flipó con que no se lo contara antes. 

A mi novio le terminé dejando. Entre otras cosas porque no sentí apoyo por su parte y solo le importaba el “¿Por qué ya no hacemos el amor? ¿Ya no me deseas?”. No joder, estoy pasando por un trauma y lo último que me apetece es eso. 

Mis amigas nunca comprendieron por lo que estaba pasando. Encontré a un par de amigas un poco más lejanas que sí habían pasado por lo mismo y fue maravilloso poderme apoyar en ellas. 

Y de momento no, ni soy madre ni se espera.

Altea