Mucha gente dice que las redes sociales son lo peor, que solo hay gente mala y que fomentan el mal rollo y sacan lo peor de cada uno. Pues yo nunca he estado de acuerdo con esto, y traigo un ejemplo que demostrará que, si sabes usar las redes sociales, puedes sacar mucho partido de ellas.

Creo que el 2017 ha sido un gran año para mí: he conocido a Quim Gutiérrez, he encontrado un buen trabajo y me he comido unas cinco tabletas de Suchard yo sola. Pero como una no puede tenerlo todo en la vida, mi 2017, sexualmente hablando, ha estado bastante regulín. En junio sufrí lo que los expertos llaman «un cierre de coño a cal y canto», vamos, que debido a que mi estado emocional no estaba bien del todo no me apetecía que me tocaran el chichi, y desde entonces no había vuelto a probar varón.

Y… después me contrataron en un trabajo veraniego muy absorbente y estaba muy cansada, y después me fui de vacaciones con mis padres, y después tuve un problema familiar, y después me mudé a Madrid, y después encontré trabajo… vamos, que siempre tenía algo mejor que hacer que ponerme a buscar a un tío que le diera a mi cuerpo alegría Perra de Satán.

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Total, que un día estaba hablando con mi mejor amigo, y él me estaba poniendo al día de su última conquista y a mí de repente me entró una envidia… ¡¡yo también quería una aventurilla!! Pero claro, no tenía ni idea de cómo conseguirla. En Madrid solo salgo de fiesta por sitios de maricones y el Tinder me estaba fallando como nunca, así que ya no sabía qué hacer para ligar. Volví a recurrir a los expertos, que siempre dicen que la opción más sencilla suele ser la adecuada. Pues chica: tienes redes sociales, tienes bien de followers, PÍDELES AYUDA.

Pues así lo hice, con tó mi coño:

tweet

Exageré un poquito porque una tiene ciertas nociones de marketing y sabe que siempre es mejor llamar la atención que decir la verdad, y a ver, algún rabo sí me había comido en el primer semestre del año, pero cuanta más pena des en estos casos, mejor. Cero vergüenza en reconocer que tenía ganas de llevarme algo a la boca y ya no sabía dónde encontrarlo.

Si es que, pensado fríamente, yo he visto en Twitter cómo la gente pedía RTs para encontrar trabajo, para vender entradas de un festival, para encontrar a su perro perdido, para denunciar aquello con lo que no estaban de acuerdo, para vender diseños, para hacer crowfundings… pues chica, ¿cómo no iba yo a pedir lo único que me faltaba para terminar mi año por todo lo alto? ¿Qué podía salir mal?

tenor

Lo peor que podría haberme pasado es que la gente se lo tomase a cachondeo y dijera «hala, otra burrada de Perra de Satán», y no me hicieran ni caso. Pero tuve suerte. ¡Mis deseos se hicieron realidad! Al poco rato de publicar este tweet un chico me contestó muy decidido y yo, evidentemente, no me eché para atrás. Tal y como yo pedía en el tweet, el domingo siguiente quedamos y el muchacho me hizo el favor de mi vida. ¿Que fue un poco raro? Pues no te voy a decir que no. Pero mira, más raro es que Rajoy siga en el Gobierno, así que me da igual. Vivimos una época muy Stranger Things, así en general.

Yo solo puedo estar agradecida a este muchacho que tuvo a bien dejarme su rabo para que yo no llegase al 2018 sin acordarme ya de cómo olía un pene. Así que nunca lo olvidaré. Igual que no olvidaré nunca que, cuando más lo necesité, mis followers estuvieron ahí para ayudarme. Amor para siempre a las redes sociales.