Soy feminista. Y lo digo así, sin complejos, miedos, ni medias tintas. Porque últimamente parece que esto de decir que eres feminista es como decir que te han salido cuernos o algo parecido. Como si ser feminista, incluso entre las mujeres, estuviera mal visto. Porque ser feminista está muy mal entendido, y es que aún hay mujeres, que siguen confundiendo el feminismo con el hembrismo, es decir, pensar que esto es una guerra abierta con los hombres, que queremos ser superiores y que eso de meternos en la cama con el amigo es lo peor del mundo mundial. Primera aclaración, soy sexóloga, segunda, tengo pareja y es un chico, tercera, no me creo superior a nadie, al menos, no por mi sexo. Porque es que, aunque lo ponga hasta en el diccionario, parece que aún no entendemos que el feminismo lo que busca es defender la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. ¿Y por qué se dice entonces feminismo? Porque son las féminas las que todavía, pese a lo que muchos piensan, no tienen los mismos derechos, oportunidades y libertades que los hombres, y es el género al que hay que empoderar para equilibrar la balanza. Insisto, equilibrarla, no desestabilizarla hacia el otro lado.

Porque no, no hace falta irse a países menos desarrollados socialmente, no hace falta ni salir de nuestro barrio para darnos cuenta de que el machismo, y sí, esa cosa tan abstracta pero tan obvia como es el patriarcado (que no es Voldemort, no os dé miedo pronunciarlo) sigue muy vivo.  Ni si quiera hace falta hablar de mujeres asesinadas (asesinadas, no aparecidas muertas)  por sus parejas, porque la violencia machista está  en cosas diarias, como  que ellos se abran de piernas en el metro y nosotras las crucemos para dejarles más espacio, en que se nos juzgue por nuestra vida sexual, en que se nos cuestione más en nuestro trabajo, no ganemos lo mismo o nos pregunten si vamos a ser madres en una entrevista. En el acoso sexual, que casi todas hemos sufrido de una forma más agresiva  u otra, en tener menos oportunidades, en que no sé dé tan por hecho nuestra valía como la suya, en la sobrecarga de las labores domésticas, de los hijos, de un largo etcétera.

La cuestión es que todo eso no es solo un problema de las mujeres, es un problema de todos, que es lo que no todo el mundo entiende. Por eso, cuando decidí que yo también quería hacer algo, que quería sentirme activa como feminista, tuve claro que He for She era la campaña en la que quería involucrarme.

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La iniciativa He for She, impulsada desde ONU mujeres, busca involucrar tanto a hombres como a niños, a que participen como agentes del cambio hacia la igualdad de género, en materias como la Educación, la Salud, la Identidad Sexual, el Trabajo, la Violencia de Género o la necesidad de nuevas Políticas igualitarias. Así, lo que defiende es que la igualdad no es una cuestión de mujeres hablando de mujeres, sino un problema social que nos incluye a todos. Lejos de entender la igualdad de género desde el concepto de lucha, la idea es transmitir que todos debemos preocuparnos porque la mitad de la población se vea privada de parte de sus derechos. Algo con lo que parce difícil no estar de acuerdo.

Por ello, para mí He for She es una plataforma ideal en la que luchar por los derechos de la mujer de forma inclusiva, entendiendo que los hombres no son el enemigo, sino que la lucha es con un modelo social que nos oprime a ambos, también a ellos, porque la forma de ser “hombre” que cultiva el patriarcado, por suerte para nosotras, no se ajusta a lo que una parte importante de los hombres son. Porque sí, nosotras también nos dejamos llevar por esas ideas cuando queremos que el hombre sea nuestro protector, que sea el que tome la iniciativa en el sexo, que sea fuerte, e incluso que sea dominante.

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He for She es una forma de cambiar la forma en la que vemos el feminismo, para empezar a entender, que todas y todos tendríamos que ser feministas, porque es lo lógico. Es una campaña que busca mover conciencias y pararnos un momento a pensar en las ideas establecidas, porque ese es el primer paso para cambiar.

Y no soy la única que piensa así. Si bien He for She es conocido internacionalmente por su embajadora, la actriz Emma Watson (sí,  Hermione Granger, sí), lo cierto es que en España, no se conocía mucho. Por eso, varias voluntarias nos hemos puesto manos a la obra por un proyecto que creíamos, merecía mucho la pena. Mujeres del mundo de la empresa y de los medios de comunicación hemos unido fuerzas para que He for She, o su versión española #SoyHeforShe https://www.instagram.com/soyheforshees/ , fuera algo real, algo que consiguiera un verdadero impacto. Y lo estamos consiguiendo. Personalidades de ámbitos tan diversos como la radio, la televisión, la literatura, la ilustración, internet o el cine, han empezado a aportar su granito de arena. Hombres como el periodista Jon Sistiaga, el escritor Lorenzo Silva, el profesor youtuber de Unicoos David Calle,  el cantante Iván Ferreiro, actores como Nacho Guerreros (La que se avecina), Antonio de la Torre, o Alberto San Juan, o presentadores de radio como Juan Luis Cano. Pero también mujeres, mujeres que creen que el feminismo debe ser un camino inclusivo, como la estilista Cristina Rodríguez, las escritoras Carmen Posadas o Vanessa Montfort, o actrices como Aitana Sánchez Gijón, Michelle Jenner o Amaia Salamanca.

chicas #soyheforshe

Si tú también crees que ser He for She es lo lógico, y que todos podemos poner nuestro granito de arena para el cambio, lo que se pide es bien poco. Una foto con un cartel con el hashtag #soyheforshe, animando a otras personas a hacer lo mismo. Un selfie como el que nos hacemos porque sí, pero por una causa que lo merece. Eso, y sumarnos en la página web: www.heforshe.org, para que se vea que en España, entre todos, también sumamos.

¿Y tú, te unes a #soyHeforShe?

 

Autor: SILVIA C. CARPALLO