ESTRÍAS EN LA ESPALDA – así como suena.

¿Por qué nadie habla de las estrías en la espalda?

Si no veo a ninguna mujer que las tenga, ¿seré la única con ellas?

¿Por qué en verano cuando la gente me mira la espalda se ríe, murmura y hablan de mí cuerpo creyendo que no los escucho?

¿Mi cuerpo estará realmente “arruinado» como me dice mi abuela?

¿Y si nadie me quiere por tener un cuerpo con estrías?, según la mayoría de los adultos me las debería de sacar con láser en unos años.

Esas eran algunas de las preguntas que constantemente me atormentaban y no me dejaban en paz, una y otra, y vez aparecían. Las escuchaba y me hacían sentir mal.

Me sentía sola, no lo podía hablar con nadie, no quería que nadie las viera. No quería que nadie me mire. Sufría cada vez que iba a natación y veía a mis compañeras que no tenían ni una estría, yo era la que estaba mal, la que estaba defectuosa desde chica. Siempre, cada persona que me las veía me preguntaba qué me había pasado, si me había cortado o si me dolían.

Esas preguntas eran y son muy dolorosas para una niña. Eran preguntas, palabras, miradas y susurros que me hacían llorar todas las noches. Moría por dentro y más me amigaba con el sentimiento de la soledad cuando buscaba alguna esperanza en la tele y revistas, pero era en vano ya que no había ninguna nena ni mujer que tenga estrías en la espalda. Es más, ni una sola estría tenían en sus cuerpos.

En mi adolescencia, plena época del comienzo de Instagram, conocí el Body Positive y me sanó. Me sentí muy acompañada en diversos temas, pero todavía seguía sintiéndome muy sola porque nadie hablaba ni hablan de estas estrías.

Por eso quiero que sepan que no solamente nos salen estrías en la cola, pechos, piernas, brazos y abdomen, también nos salen en la espalda.

Quiero que hablemos de ellas, que las hagamos visibles. Quiero que nunca más ninguna se vuelva a sentir sola, insegura, fea o juzgada por tener estrías en la espalda.

Hoy con 23 años me animo a decir con orgullo que tengo estrías en la espalda, no las quiero ocultar más y deseo que las normalicemos. Nos lo merecemos. 

Aguestenna