Sea cual sea el motivo por el que lo hayas hecho, quiero que sepas que fingir orgasmos es al sexo lo que la piña a la pizza. No sé si me explico.

NO, NO, NO y NO.

No finjas.

Nunca.

Jamás.

Never.

A continuación tienes todos los argumentos en los que me baso para ser tan rotunda.

DISMINUYE LA PROBABILIDAD DE APARICIÓN DE UN ORGASMO REAL

Es contraproducente fingir un orgasmo, lo mires por donde lo mires. Tanto si la práctica te produce placer como si no. Si no te gusta, ¿en qué momento vas a comunicar lo que está sucediendo para poder cambiarlo? Y si te gusta pero aún así no consigues llegar al orgasmo, ¿cuándo piensas decírselo a tu pareja para, entre los/as dos, intentar encontrar la mejor solución posible? Si no compartes con tu pareja tu experiencia y opinión, ¿cómo vais a ser conscientes de que hay un problema? Si las relaciones sexuales no se disfrutan por todos los/as participantes, ¿qué sentido tiene tenerlas?

Volviendo al tema y suponiendo en esta ocasión que finges porque las técnicas empleadas por tu pareja no te gustan, ¿cómo va a saber él/ella que lo que te está haciendo no te gusta si no se lo dices? Si esto se repite y alarga en el tiempo, ¿no crees que la comunicación también será más complicada? Lo que suele ocurrir en estos casos es que no se expresa lo que se siente por miedo a hacer daño a la otra persona, y se finge porque se cree que es la mejor solución para todos; el problema es que cuanto más tiempo transcurre desde que se da la situación hasta que comunicamos, más difícil y duro es hablar del tema. Imagina que después de 20 años fingiendo tienes que decirle a tu pareja que todas las veces que te ha hecho X cosa en realidad no te gustaba y preferías otra cosa. Hay maneras de comunicarlo y cambiar la situación, pero si aún estás a tiempo de evitar esto, quiero que sepas que siempre será mejor decir en el momento:

Para. Mira, me gusta mejor esto. Así, ¿ves?

Si lo comunicas con asertividad, es imposible que la otra persona se sienta mal o se enfade (y si se enfada, es su problema). Obviamente, para decirle a tu pareja lo que te gusta es necesario saberlo tú primero. No tengas tanto morro de pretender que se las ingenie solo/a, que en ese caso es más fácil que antes se te aparezca la Virgen María.

Lo que sucede de forma paralela es que la pareja sigue haciendo lo que cree y “sabe” que te encanta porque te retuerces de “placer” cada vez que tenéis relaciones. Es obvio que, con este plan, tener un orgasmo real sea más complicado que encontrar un hueco para dejar la toalla en la playa de Benidorm.

Si, por otra parte, finges aunque te gusten las prácticas, te recomiendo que valores la posibilidad de acudir a un especialista en Sexología para evaluar qué está ocurriendo.

DISMINUYE LA SATISFACCIÓN SEXUAL

La satisfacción sexual está muy relacionada con el disfrute y el placer que se obtiene de los encuentros sexuales. Si nunca disfrutas de tus relaciones al 100% es muy probable que no te encuentres satisfecha en este ámbito de la vida.

Hay muchas formas de disfrutar el sexo, pero te aseguro que fingir no es una de ellas.

DISMINUYE EL DESEO

Si te fijas, esto de fingir tiene un efecto dominó importante. Finges, no disfrutas, disminuye tu satisfacción sexual y se te quitan las ganas de tener encuentros eróticos. Una cosa detrás de otra. Claro, ¿cómo vas a tener ganas de volver a hacer algo con lo que no disfrutas? Tiene todo el sentido del mundo.

Mira, te pongo un ejemplo para que tú mismo/a extrapoles al tema sexual:

Si tu pareja de hace lentejas para comer, pero te las hace sin chorizo y sin jamón (todo el mundo sabe que las lentejas con chorizo y jamón mejoran al 200%) y cuando te las estás comiendo le dices “Ay cariño, me encantan tus lentejas. Cómo me gustan. Sigue así”. La próxima vez te que te las haga te las va a volver a hacer igual, sin chorizo y sin jamón. Si esto se alarga en el tiempo, vas a terminar aburriéndote mucho de las lentejas.

Queda claro, ¿no?

MIENTES A TU PAREJA Y TE MIENTES A TI MISMO/A

Hay gente que cree que si su pareja disfruta a pesar del sacrificio de su propio placer, éste valdrá la pena. Pero nada más lejos de la realidad. Como mucho valdrá la pena a corto plazo. A largo plazo esta estrategia sólo asegura el fracaso en la cama.

Seguir pensando esto es engañarse a uno/a mismo/a para quedarse tranquilo/a por mentir a la pareja.

TU PAREJA NUNCA SABE LO QUE TE GUSTA EN EL SEXO

Si finges lo raro es que lo sepa.

Siempre se ha dicho eso de que «las mujeres fingen porque los hombres no saben complacerlas»

… pero la verdad es que la frase es totalmente falaz.

Ni ellos son adivinos ni nosotras estamos cortadas por el mismo patrón, ¿o acaso pensamos que a todas nos gusta lo mismo? Si no comunicamos ¿cómo van ellos a saber que no nos está gustando? El problema es el mismo de siempre, la falta de comunicación.

DISMINUYE EL ABANICO DE POSIBILIDADES PLACENTERAS

Al fingir te cierras de forma automática e inconsciente en banda a probar prácticas que queden fuera del elenco habitual. ¿Para qué vais a probar cosas nuevas si te vuelves loca de placer con lo que tu pareja te proporciona siempre? ¿No?


Autora: María Esclapez Cartagena. Psicóloga, Sexóloga y Terapeuta de Parejas.

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