Por qué ser celoso es completamente inútil

Trabajo a diario con gente que me dice «Laura, si es que yo soy celoso. Soy así, no puedo hacer nada». Es cierto si te dejas llevar por el sentimiento y no trabajas el autocontrol. Tampoco entendemos por qué aparecen los celos ni para qué sirven. Es muy difícil, casi imposible, acostarse un lunes sintiendo unos celos patológicos horribles y levantarte un martes totalmente en paz, como una paloma en un anuncio de ambientador. No se puede. Requiere un trabajo de gestión emocional muy importante que te recomiendo hacer de la mano de un profesional, ya sea conmigo, si te gusta mi método, o con el profesional que más confianza te genere y mayor conexión te ofrezca. 

Los celos son fruto del miedo a perder a alguien que queremos, y son naturales, los sentimos todos en nuestras relaciones en algún momento. Aparecen cuando vemos o sabemos que nuestra pareja está dedicándole tiempo a otra persona que no somos nosotros, y podemos sentirlos por gente del trabajo, amigos de toda la vida, amigos nuevos, exparejas… 

Pensamos que lo que esas personas le aportan puede ser mejor y eso nos deja en segundo lugar. Así que pasamos a la acción, que es querer saberlo todo y controlarlo, para así vivir en una falsa tranquilidad que nunca llega, porque siempre habrá nuevos mensajes que se envíen, nuevas quedadas, nuevos cafés y nuevas cenas a las que nuestra pareja asista.

Cuando esa ansiedad por saber no nos deja vivir en paz, entonces los celos dejan de ser naturales y pasan a ser patológicos. Muchas relaciones se rompen porque la otra persona se siente bajo una presión muy grande que no puede sostener. Y es así como el miedo a algo improbable hace que ese temor se convierta en realidad, esa persona encuentra alivio o paz en otra persona, y termina siendo infiel… o nos deja. Y usamos eso para confirmar lo que veníamos cocinando en nuestra mente, cuando lo que ha provocado esa ruptura o esa separación es el control constante en la pareja. 

A mis clientes y seres queridos yo siempre les recomiendo que, cuando ese sentimiento les llegue, dejen fluir y no lo alimenten intentando encontrar señales que confirmen lo que nuestra imaginación crea. No todo lo que nos cuenta nuestra mente es verdad, muchos mensajes solamente existen para evitar situaciones de dolor que no tienen por qué estar sucediendo ya. 

Elegimos compañeros de vida con buenos valores y en los que decidamos confiar y, una vez tomada la decisión, dejamos de sufrir por lo que podría pasar. Esa preocupación por adelantado, esa necesidad de saber y ese desasosiego, nos provocan un estrés que no es sostenible en el tiempo y que, si se sostiene, acaba destrozando la salud mental, la paz con uno mismo y finalmente la relación. 

Es por eso que lo único que te recomiendo, a ti que me lees, es que te ocupes solamente de aportar en positivo a la relación, de enriquecerte tú y convertir lo que ofreces en algo de calidad, mucho mejor que generar estrés en tu mente por la posibilidad de que otra persona le aporte a tu pareja más o mejor que tú. Eso no te llena a ti de nada más que de miedo, inseguridad y ansiedad, que no nos lleva a nada positivo o útil en la relación. En el momento en que alguien te diga que los celos son una muestra de amor verdadero, y que los siente porque te quiere con locura, tienes dos opciones: agarra tus bártulos y vete, o si sientes que esa persona es esa persona, agarra el teléfono y pedid ayuda a un profesional que os eche una mano con la gestión de vuestra inseguridad en la pareja.