Puedes experimentar mil emociones cuando averiguas que estás embarazada, y todas son normales.

 

Que no te engañen, no hay un modo correcto de sentirse cuando descubres que estás embarazada.

No existe.

No permitas que nadie te diga que sentirse de tal modo está bien. O que de tal otro está mal.

Llegado el momento sentirás lo que tengas que sentir.

No se controla. No se puede inducir.

Puedes experimentar mil emociones cuando averiguas que estás embarazada, y todas son normales.

Imagen de Shvets Production en Pexels

Y es que no importan las ganas que tengas ni lo conveniente que sea la llegada de una criatura para ti en ese momento.

No hay forma de predecir lo que se te pasará por la cabeza cuando ese embarazo sea una certeza. Es muy posible que no se parezca a lo que sentías mientras se trataba de un anhelo o una sospecha.

Para muestra este inspirador artículo de Betches (si quieres leerlo haz clic aquí), en el que, entre otras cosas, la autora nos cuenta su reacción al ver el resultado positivo del test que se hizo solo un mes después de ponerse a ello.

Al igual que ella, quizá te descoloque haberte quedado tan pronto. Tan tarde. O tan sin haberlo asumido.

Lo mismo llevas años intentándolo, has imaginado ese instante millones de veces y, aún así, no sientes lo que se suponía que ibas a sentir.

Euforia.

Felicidad.

Alegría máxima.

Yuuuuhuuuu.

 

¿De dónde ha salido esa ‘imposición’? ¿Por qué nos vemos en la obligación de repetir ese patrón?

No tiene por qué ser así, no está escrito en ningún lado.

Imagen de Negative Space en Pexels

Es muy posible que, a la hora de la verdad, tus emociones giren en torno al pánico, el miedo, la inseguridad o la duda.

En la vida hay pocas cosas tan permanentes como la maternidad.

¿Cómo no va a imponer?

En cierta manera, es lógico pensar que lo más sensato es sentir vértigo.

Ese vértigo podría ser señal de madurez y responsabilidad.

O no. Insisto en que todas las reacciones son naturales y válidas, y en que las sensaciones que nos sobrevienen cuando nos enfrentamos a acontecimientos de este calibre no determinan nuestra capacidad.

Pero es que no hay vuelta atrás.

Una vez te conviertes en madre, madre serás el resto de tu existencia.

De modo que el gran cambio que este paso supone no es algo que deba ser tomado a la ligera.

Puedes experimentar mil emociones cuando averiguas que estás embarazada, y todas son normales.
Imagen de Cottonbro en Pexels

Es normal que la constatación de que una personita se esté gestando en nuestro interior nos resulte abrumadora.

Y no pasa nada.

Está bien.

Está bien si de pronto te mueres de miedo.

Si lloras.

Entras en shock.

Ríes.

Saltas.

Si tiemblas.

Sudas.

O todo a la vez.

 

Puedes experimentar mil emociones cuando averiguas que estás embarazada, y todas son normales, válidas y naturales.

 

 

Imagen destacada de cottonbro en Pexels