No puedo negar el paso del tiempo pero me niego a ser una señora. Sé que no estoy sola en esto. ¡Que levante el plumero a la que le pase!  

Mis amigos hablan de marcas y productos de limpieza, los mejores utensilios para limpiar y cocinar y yo cada vez que hablan de eso hago el sonido de una alarma. Así les aviso que han pasado el límite y se han convertido en señoras de manual.

En mi grupo rozamos y pasamos de los 30 y los que podemos vivir fuera del nido (aunque sea compartiendo) tenemos que sacar nuestra parte más Don Limpio en nuestros respectivos hogares. Pero es que cuando ellos cogen carrerilla, empiezan a comentar marcas, cantidades y hasta donde comprarlos según el tamaño y el precio. Es que me imagino que en cada grupo hay una persona sufriendo por ser señora.

Inciso, ¿soy a la única que le viene a la cabeza la canción de Rocío Jurado cuando digo SEÑORA? 

Todo esto es miedo a envejecer, lo sé, pero me resisto. Aunque tengo que reconocer que, de vez en cuando, se me escapa alguna cosilla. Como soy tan pesada y no paro de hacer la alarma ANTI MOMENTO SEÑORA en cuanto tengo un descuido se me recuerda de por vida.

Os cuento mis momentitos a cambio de un “a mi también me pasa.” o “te voy a explicar mi momento señoril…” Voy a ello.

Una de las amigas me enseñaba un posible piso y yo lo que le solté fue: “Esto es un suelo muy agradecido.” ¡A GRA DE CI DO! ¿Cómo que agradecido? ¿Soy yo Lina Morgan cantando? Fue tal el xoc entre mis amigos que empezaron a decir: ¿Quién eres y qué has hecho con nuestra amiga?

Y qué decir de ese momento en el que una compañera de trabajo me dijo que me pilló caminando por la tienda con las manos atrás, cual jubilado mirando una obra. Pero, ¿por qué, señor? ¿Por qué?

Por si esto fuese poco me estoy volviendo adicta a los productos desinfectantes a raíz del Covid. Si es que el bicho nos está quitando hasta la juventud. Es oler uno de esos y sentir un placer antes desconocido para mí.

¡Ah! Y no olvidar que he hecho un ambientador para la ropa casero. ¡Busqué cómo hacerlo en Youtube! No te creas que me quedé conforme con el primero que pillé, indagué hasta encontrar el más idóneo.

Si ya tenía la alarma puesta ahora la tengo como el que pone 10 alarmas para despertarse, cada 2 minutos y si hace falta cada segundo.

Eso sí, menos mal que tengo Instagram. Esa maravillosa aplicación que me recuerda que estoy a dos pasos de la jubilación con 30 años y me anuncia cada dos stories cremas antiarrugas. ¡Por cierto! Si alguien sabe cual es la mejor marca, que escriba en los comentarios.

Ana Jota