Mi vida es ideal ahora mismo. No es por presumir, pero tengo un curro que me gusta, un novio maravilloso y por si fuera poco acabo de adoptar a un cachorrito que me ha robado el corazón. ¿Vienes aquí a presumir de tu vida?, os preguntaréis alguna. Pues no, amiguis, vengo a quejarme.
¿Alguna vez os habéis acatarrado y habéis pensado ‘joder, qué poco valoro respirar bien cuando estoy sana’? Pues así me siento yo respecto al sexo. Qué fácil era follar antes de tener a esta gatita hiperactiva en casa…
El día en que llegó lo único que nos apetecía era darle muchísimos besitos, acariciarla, escucharla ronronear y hacer ochocientas fotos que después pasamos a todos los grupos de WhatsApp.
El segundo día nos calentamos un poquito y empezamos a sobarnos, pero de repente el bichito se subió a la cama. ‘Ohhhhh, se ha subido sola’, pensamos. Empezaron los mimos al bebé.
El tercer día volvimos a calentarnos y pensamos ‘bueno, la gata está en la cama pero igual con el movimiento se pira’. Jajajaja. NO. Al ver el movimiento que había bajo las sábanas decidió ponerse a jugar y saltar sobre nuestras manos. Podríamos meter a la niña del exorcista en la cama dando golpes contra el cabecero y la gata se quedaría tan pichi saltando e intentando jugar con ella.
El cuarto día decidimos sacar a la gata de la cama. Parecía una buena idea hasta que empezamos a escuchar sus uñas arañando la puerta y su maullido que a ciencia cierta significaba ‘pesaaaados, que quiero veros follaaaar’.
El quinto día follamos en el sofá y un manchurrón de semen quedó impregnado sobre la manta gris. En un descuido la gata estaba lamiéndolo. Este bicho es más cerder que sus dueños…
El sexto día se nos olvidó cerrar la puerta y cuando yo estaba a modo perrito saltó sobre la cama y me arañó una teta. En ese momento me sentí como los padres cuando sus hijos pintan la pared. Un arañazo tiene morbo, pero cuando proviene de tu gata espídica la cosa no mola tanto.
El séptimo día encontramos la solución definitiva: follar en la ducha. Es incómodo, se te enfría el culo y te entra jabón en partes donde no debe haber jabón, pero por lo menos el bichito se limita a mirar desde el otro lado de la mampara en plan voyeur.
Amigas con gatos o perros o cualquier ser vivo en casa, ¿cómo os lo montáis para darle al tema?
