He quedado con un chico de Tinder y resulta que no era el de las fotos, era mucho más guapo, no sé qué pensar.

 

Creo que he tenido la cita más surrealista de mi vida, y apostaría que una de las más surrealistas que le haya pasado a nadie. 

Conocí a Marcos en Tinder y conectamos al instante. Pasamos casi un mes hablando y no hubo ni un solo día en que no nos diéramos los buenos días ni las buenas noches, literalmente podíamos pasar horas hablando todas las noches. 

Cuando me sentí preparada le propuse poner fecha para nuestra primera cita el siguiente fin de semana y accedió. 

 

Quedamos en un bar de la zona, me senté en una mesa al final del local, pedí un gintonic y esperé a que apareciera Marcos; un chico de mediana edad y físicamente resultón, no era un chico en el que yo me fijaría por la calle, pero era simpático  y no nos vamos a engañar, yo tampoco yo era Angelina Jolie para pretender conocer a Brad Pitt. 

 

Lo más impactante fue cuando vi como se acercaba un chico a la mesa que no reconocí:

– Hola, ¿Eres Nicole? 

– Si, ¿Cómo sabes mi nombre?

– Bueno, es que… yo soy Marcos. – Dijo nervioso tocándose el pelo y evitando mirarme.

 

Me quedé perpleja, no entendía nada, ese no era el Marcos que yo había conocido por internet. Seguro que no soy la primera a la que le ocurre, pero lo que hacía surrealista la situación es que el Marcos que se había presentado a la cita era infinitamente más guapo que el de las fotos, era un chico súper atractivo, perfectamente vestido y perfumado. 

chico de Tinder

Pero claro, ¿Qué hacía yo en esa situación? ¿Me iba a enfadar e irme porque era más guapo? Decidí quedarme y escuchar sus motivos, porque estaba atónita. 

Primero de todo se disculpó por no haber sido sincero conmigo acerca de su físico. 

El motivo por el que no tenía las fotos reales en Tinder era porque estaba buscando a una chica que no se fijara tanto en el físico y valorara más su interior y que no había encontrado otro modo de hacerlo.

 

Al preguntarle si había algo más en lo que me hubiera mentido me dijo que sí, que no trabajaba en una fábrica como me comentó, que él era un hombre con varios negocios repartidos por Europa y que no me lo había dicho porque ya le había pasado en otras ocasiones que se le acercaban por el dinero. 

Acto seguido me halagó diciendo que le encantaba mi forma de ser y mis valores, le había demostrado que no era una persona superficial ni mucho menos interesada; además físicamente le atraía mucho y que por todo lo que había visto de mí quería conocerme para algo más serio si yo aún quería. 

 

Me pasé toda la cita ensimismada con él; era muy guapo, alto, atlético, con ojos azules penetrantes y un pelo muy bonito, además de que su forma de ser y tratarme durante este casi mes me había encantado; Definitivamente era el hombre perfecto. 

 

La atracción física y mental era tan alta que acabamos pasando la noche juntos en un hotel; nos comimos a besos, nos acariciamos cada centímetro de nuestra piel desnuda y follamos hasta acabar agotados, sudorosos y extasiados de tanto placer; hasta en esto era perfecto. 

Fue una noche muy bonita y me sentí muy halagada por lo que pensaba de mí, pero cuando llegué a casa, abrí la conversación y volví a ver la foto del chico de Tinder al que conocí durante casi un mes, me sentí vacía y un poco engañada. 

chico de Tinder

 

¿Quiero realmente conocer a alguien para algo serio que me ha mentido? ¿No estaré siendo un poco exagerada ya que me ha mentido pero era mucho mejor de lo esperado? ¿Qué harías vosotras? Yo estoy hecha un lío. 

Oaipa