No es la primera vez que vengo a contaros que como a las gordas no nos tocan ni con un palo de selfies tenemos que ingeniárnoslas para encontrar un poquito de placer en nuestras miserables vidas asociales. Hay muchas maneras de encontrar el placer en soledad. Os lo digo yo, que soy muy de llamar a Telepizza, pedirme dos familiares, poner música a tope cuando llega el repartidor para que piense que en mi casa estamos de fiesta loca, y comerme las dos yo solita y de una sentada. Sentada de la que luego difícilmente me levanto hasta el día siguiente, que es lo que tienen los atracones, que luego te quedas como una boa constrictor absolutamente hibernada hasta que haces la digestión.

De todas formas, antes que un buen atracón, que sus riesgos tiene, yo os recomiendo la masturbación. Tocarse el chichi, vaya, pero no en sentido metafórico de «joder, esta tarde no he hecho nada, me he pasado el domingo enfrente de la tele tocándome el chichi». No, no. En sentido literal: tocarse el chichi de llevar tu mano a tu coño y luego ya una vez allí hacer lo que mejor te convenga, porque a cada una nos va un tipo diferente de froti-froti.

wrecking-ball

Yo para el tema de masturbarme soy bastante tradicional. Me gusta hacerlo en mi cama, tranquilita, boca arriba, y tan a gustico. Antes a lo mejor era yo más de sentarme en la silla del ordenador y ver un poco de porno, o tener alguna conversación guarrilla o cosas de esas, pero la verdad es que de todo se aburre una y ahora, ya os digo, estoy en un momento de mi vida que me gusta mi cama, el silencio y la tranquilidad.

Lo de masturbase, son etapas, como todo. Ya son muchos años de divertirme con mi entrecejo de abajo y he ido probando muchas formas diferentes de hacerlo, unas con más y otras con menos éxito. Aunque he de confesar que hay una que no me gusta nada, y me sorprende que haya muchas chicas a las que sí les funcione, porque yo creí que era otros de esos clichés que nos vende el porno (cuidado con el porno, no os creáis NADA), pero al parecer hay muchas chicas que se masturban en la ducha. Yo no soy soy una de ellas.

Cuando mi cuerpo entra en contacto con el agua, mi calentón se va, como se va el olor de mis sobacos. Y no creáis que no pongo de mi parte, que yo me he esforzado para que lo mío con mi bañera funcionase, pero chica, que a mi gato acostao, como buen gatico, no le va nada el agua. Y al fin y al cabo en esto de tocarse el chichi el que manda es él, así que claro, tampoco voy a forzar las cosas.

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Qué queréis que os diga. A mí el agua en el chichi me sienta fatal. Porque, como todas sabréis (espero), el flujo vaginal que acompaña a un buen calentón es un fluidito que ayuda muy bien al froti froti, haciendo que tus dedos (o el pene de algún chico, si es que tenéis la suerte de que alguien os quiera follar) resbale sin problema y, sobre todo, sin dolor. Que a mí el dolor no me gusta ni me excita. Que ya sé que hay gente a la que sí, y yo lo respeto todo, pero a mí el dolor me corta todo el rollo, y si me estoy masturbando y de repente me hago daño, se acabó lo que se daba, amigas. Me pasa a veces con las uñas, que como me las deje un poco largas luego me masturbo y se me queda el coño como la cara de Eduardo Manostijeras, y no veáis luego qué risas cuando voy a mear.

Pero a lo que vamos, que yo soy incapaz de masturbarme en la ducha. Porque el agua me hace el efecto contrario a mi flujo vaginal, y al tercer o cuarto frotamiento que yo me haga, mi mano deja de resbalar con gustico para empezar a rozar con dolor. Y sí, el tema de la alcachofilla apuntándote a la entrepierna también lo he probado, pero que no, que no hay manera. Que yo a una ducha solo puedo entrar a ducharme, y si un día estáis conmigo y veis que tardo demasiado en el baño, os pido por favor que entréis a ver si me he marcado un Carmina Ordóñez porque masturbándome en la ducha, podéis estar tranquilos, no voy a estar.

No todo va a ser zampar, queridas amigas gordas, enganchadas al placer inminente y momentáneo. Qué suerte que también podamos usar nuestras manos para algo más que para llevar la comida a la boca.