“Tenemos que hablar” es la frase más temida por cualquier persona que tenga una relación sentimental. Todos sabemos que esa sentencia es el presagio de malas noticias. Cuando estás gordo y te sueltan esta frase comienzan a despejarse las neblinas que te ofuscaban la mente y te das cuenta de que has sido un imbécil de muchísima categoría.

¿Era lógico que una mujer atractiva y delgada estuviera contigo? Ella juraba que sí, que hay que mirar el interior de las personas y que el exterior no importa. Lo malo es que mientras le pagabas modelitos, viajes, regalos y demás eras “como un oso de peluche”. Cuando te cansaste y te quedaste a verlas venir comenzó el drama.

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El exterior de otros era mucho más interesante, tu barriga te envejecía, una dieta sería la solución a tus problemas y así sucesivamente. Este lavado de cerebro, que suele durar todas las semanas durante las que está ya follando con otro, es el prólogo de una muerte anunciada.

Ella ya sabe que se va a ir con el del exterior atractivo, con el malote de turno, con el empotrador por excelencia. Y tiene derecho a follar con quien quiera pero al menos que dejen de dejarnos con la frase “he estado contigo por pena pero nunca me has gustado”. Al menos que tengan la dignidad de reconocer que han echado el rato con un gordo que a duras penas se ve la polla y que tengan la valentía de afrontar que quieren a un maromo en su vida. Sería todo mucho más fácil de entender y menos doloroso de superar.

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Afortunadamente no todas, ni todos, son iguales y sigue habiendo personas magníficas que tienen las ideas claras y que prefieren no jugar con los sentimientos ajenos. Encontrarlas es más fácil de lo que parece si decides comenzar a buscarlas.

Autor: David López.