Cuando una famosa nacional o internacional se queda embarazada ya tenemos seguro 4 noticias:
1. La obvia: actriz / modelo / hija de… está embarazada.
2. Los modelitos que se va poniendo durante toda su etapa premamá y lo bien que le sienta todo.
3. El nombre imposible que le han puesto a su retoño, cosas como Apple, Coco, Milan, North West o Felipe Juan Froilán.
4. Que media hora después de parir, la madre ya ha recuperado su talla y ya puede vestirse sus vaqueros XS.
Creo que el récord lo tiene Heidi Klum que 5 semanas después de parir, ya estaba otra vez desfilando para Victoria’s Secret. Cualquier mujer que haya parido sabe que eso es una verdadera locura. La mayoría de casos no son tan exagerados ni tan rápidos pero estamos cada vez más acostumbradas a ver a madres estupendas muy poco tiempo después de haber dado a luz (aunque «lleven faja» como Sara Carbonero). Así que, hola buenas tardes, estoy aquí para recordaros que en la mayoría de casos eso no es así.
ATENCIÓN WARNING: Sabemos perfectamente que hay gente que engorda súper poco sin hacer nada y recupera su cuerpo sin demasiado esfuerzo de manera natural. Nos alegramos un montón por ellas. Tampoco criticamos que las modelos y famosas recuperen sus cuerpos en tiempo récord, en muchos casos de ello depende su trabajo. Bien por ellas también.
Aclarado esto, lo que a mí me preocupa es que empecemos a pensar que eso es lo normal o algo que la mayoría tenemos que hacer porque si no, estamos fallando. Muy poco se habla a las madres del postparto, ese gran desconocido. En los libros, en las clases pre-parto, se pasa rápidamente por encima: vas a sangrar, vas a estar cansada, no vas a dormir pero, eh, vas a estar muy feliz porque tienes a tu bebé y ya. Pues sí, estamos muy felices con nuestros bebés y es lo mejor que nos ha pasado pero…
Recuerda que cuando pares, tu tripa no desaparece automáticamente
¡Qué revuelo causó Kate Middleton cuando salió del hospital aún con esa barriga de 5 meses! (Gracias, Kate). ¿En serio? Eso fue en 2013 y, que yo sepa, las mujeres han estado pariendo desde hace miles de años. ¿Qué era lo que sorprendía: que tuviese tripita o que se atreviese a mostrarla en público? Obviamente lo segundo. Y vas a estar así más o menos un mes, a menos que seas Heidi Klum, claro.
El embarazo de un ángel de Victoria’s Secret no es como el tuyo
Para empezar, una top model no parte ni de una talla normal, sino de un cuerpo de modelo. Durante el embarazo, va a estar a dieta, no para perder peso, pero sí para ganar sólo estrictamente el necesario. Nada de comerse 3 helados en una tarde como hacía yo a principios de verano. Además, hacen deporte, mucho. A nosotras nos recomiendan andar entre media hora y 2 horas al día. Pues no sé dónde leí que Gisele Bundchen hacía 4 horas de yoga al día. ¡Cuatro! Pues mira es que entre trabajar, pasear, comer, dormir y poner una lavadora, a mí no me salen las cuentas. Y después de parir… Mientras yo me puedo poner fina mandarina a comer jamón, cecina, quesos y beber cervecitas y vino tinto, alguien como Miranda Kerr tiene que ponerse a dieta desde el momento en el que su hijo asoma la cabeza.
Tu trabajo no depende de ello
A menos que, como hemos dicho, seas modelo, actriz o alguna profesión que dependa de tu aspecto físico. Si eres médico, juez, ingeniera, relaciones públicas o periodista, seguramente no te van a despedir porque llegues con unos kilos de más o con una barriguita blandita. Si Alessandra Ambrosio no vuelve a su cuerpo lo antes posible, se queda sin campaña de publicidad y sin sus alas de ángel. Y no estoy diciendo que esté de acuerdo con esto, pero es así.
Los milagros no existen
Ya basta de creernos que nuestro cuerpo tiene que volver a ser como antes, basta de las acusaciones de «esta chica se ha dejado», basta. A lo mejor esa chica ha tenido una recuperación lenta y no ha podido empezar a hacer deporte, a lo mejor esa chica no tiene ayuda con su hijo y no tiene tiempo ni para una hora de gimnasio, a lo mejor esa chica es feliz como está y de momento ni piensa en ponerse a dieta, ¿tan raro nos parece? Hemos tardado 9 meses en fabricar un bebé, la piel se estira, los músculos mueven, la grasa se acumula, los líquidos también. ¿No sería normal que le demos al cuerpo el mismo tiempo para volver a su sitio?
Chicas, madres, hablemos entre nosotras. Hablemos de cómo esa tripa tersa y bonita con un bebé dentro se convierte en un globo deshinchado y blandurrio una vez has parido; cómo la cicatriz de la cesárea es bastante fea; cómo los pechos se caen (poco o mucho); de que puede que tengas estrías y celulitis y puede que aunque antes tuvieses una XS, a 2 meses de parir tengas que comprarte una L si quieres ponerte un bañador. No pasa nada. Tu cuerpo ha cambiado porque has hecho algo increíble. Si quieres volver a entrar en tus vaqueros, lo harás, con esfuerzo y TIEMPO, date un respiro. O quizás te dará igual, y eso no quiere decir que te hayas «descuidado», simplemente que amas tu cuerpo aunque haya cambiado.
Y por favor, dejemos de compararnos y juzgarnos, cada mujer tiene unas características, una naturaleza y unas circunstancias diferentes. No todas somos Adriana Lima pero al menos podemos comernos los bombones que nos traen al hospital.
