Desde críos, los chicos dicen sin pudor: ‘yo soy más de morenas’, ‘a mi es que me gustan las de piernas largas’, ‘a mi las pequeñitas y manejables’. Pero cuidado si a alguno le gustan las chicas XL… ¡ese está mal de la cabeza!

WeLoversize está siendo una especie de salida del armario masiva. Por un lado, para las chicas que siempre se habían sentido diferentes y poco deseadas, y por otro, para todos esos chicos que siempre se han sentido atraídos por las chicas gorditas pero para los que era casi pecado confesarlo.

No les juzgo, tiene que ser complicado ser la comidilla del grupo por ser ‘el que sale con la gorda’. Tan solo unos cuantos con personalidad aplastante desde niños son capaces de enfrentarse a ser el rarito de la pandilla. El resto, o lo hacen a escondidas (¿quién no se ha liado con un tío que luego te pide mantenerlo en secreto por miedo a las burlas?) o directamente pasan por encima de sus preferencias a la hora de buscar pareja.

A mi me gustan rubios de ojos azules y mi novio más longevo era moreno con mirada color cacola. Una cosa son tus preferencias y otra lo que después te acaba enamorando, eso queda claro, ¿no?

Pero la revolución ya está aquí, lo percibo y lo siento. Decenas de chicos de todas las edades se han puesto en contacto con nosotras para agradecernos este movimiento que ellos consideran una especie de liberación que les atañe también. Que te gusten las mujeres gordas, no solo no es pecado sino que es una preferencia cualquiera como la estatura o el vello corporal. Nosotras dejamos de avergonzarnos de nuestros cuerpos voluminosos, y ellos dejan de preocuparse por el qué dirán y se abandonan al disfrute real de tener una pareja que te encante físicamente.

‘Tengo algo que decirte’ – me susurró una de mis últimas conquistas tras un revolcón – ‘siempre he pensado que era raro porque no me gustaban las mismas chicas que a mis amigos. Ahora, después de estar contigo, me doy cuenta de que lo que me pasa es que lo que me vuelve loco es tener bien donde agarrar’. 27 años para llegar a esa conclusión que a juzgar por su cara fue algo así como una auténtica revelación existencial.

Habrá a quien le encanten las lorzas, a otros los pechos pequeños, los labios gruesos o los pies gigantes. Lo importante es no dejarse influenciar por lo que supuestamente debe gustarnos y conocernos lo suficiente como para saber distinguirlo y atrevernos a buscarlo. La vida son dos malditos días como para no disfrutar de lo que realmente nos pone, ¡sea lo que sea!