Cuando te conviertes en madre parece que el mundo entero dejar de verte como mujer y automáticamente pasas a la categoría de madre. La mujer que hay en ti y que te definía hasta ese momento pasa a un segundo plano y ahora solo eres mamá.
Pues no amigas mías, hay que seguir siendo mujer además de madre:
Porque mola ser sexy. Saber que sigues siendo una mujer capaz de levantar pasiones. Es importante no abandonar esta faceta y venirse arriba con nuestra feminidad. No dejar de lado nuestra parte puramente carnal y sentir que eres objeto de deseo de vez en cuando te levanta el ánimo, sí o sí.
Porque es importante tener aficiones. Vale que al principio no ves más allá de cacas y pañales. Pero con el tiempo hay que volver a cultivar nuestras aficiones y no olvidar nuestros gustos, lo que nos motiva y nos encanta. Si te flipan los festivales de música, una vez al año por lo menos, puedes hacerte una escapada sola con tu churri a vivir la vida loca. Recordar lo que os unió y alimentarlo a base de bailoteo del bueno.
Porque es vital sentirse bien. Hay que darse un capricho de vez en cuando: ir a la pelu, hacerse una manicura, ir a un spa o darse un masajito en los pies. Reservarnos un poquito de amor para nosotras mismas y mimarnos muchi.
Porque hay que parar. Ser madre a tiempo completo es maravilloso, pero sabemos que también es agotador. Es normal terminar agotada y de vez en cuando hay que parar y echar el freno. Dedícate una tarde para ti sola, para ir de compras o quedarte tirada en el sofá en plan zen. Tu cuerpo, tu mente y hasta tus propios hijos lo agradecerán.
Porque necesitamos cultivarnos. Si te encanta tu trabajo no dejes de lado tus aspiraciones por las que tanto has luchado solo por ser madre. Sigue luchando por tus derechos y por tu lugar, continúa formándote y aprende todo lo que puedes. Hay muchos cursos on line que puedes hacer a distancia y ponerte al día. Nunca es tarde para subirte al carro y defender tu profesionalidad.
Porque lo único importante es ser tú. Que seas feliz, que te sientas completa, que vivas tu vida como quieras vivirla. Porque lo único que necesitan nuestros hijos es que sus madres se sientan bien y así se lo transmitamos. Si somos mujeres orgullosas y luchamos por la vida que queremos tener, seremos mejores madres. La felicidad se contagia y lo mejor que puede regalarle una madre a sus hijos, es felicidad. ¿No creéis?
