Tengo 29 años y me han sometido a una mastectomía. 

Fue un shock. Un shock muy jodido. Con 29 años no piensas que la vida te va a cambiar de esa manera. El día de la noticia lloré, grité, rogué…hasta que conseguí ser consciente de que estaba viva y de que iba a echar de menos mis tetas pero hubiera echado mucho más de menos mi vida si la hubiera perdido.

Ya os podréis imaginar que esta situación no ha sido fácil. Por eso no vengo a hablaros de eso, sino de cómo está siendo mi vida después. De cómo de claras tengo las cosas ahora que tengo que seguir viviendo asumiendo esta nueva realidad.

Sabía que las cosas iban a cambiar en aspectos como el amor. El amor, el sexo, el relacionarse por el piel con piel. Es una mierda tener que “avisar” al chico con el que quieres acostarte de que se va a encontrar dos cicatrices en vez de tetas pero todas sabemos cómo percibimos el sexo y las prácticas eróticas, por ejemplo, y sabemos lo que le gusta a un tío sobarte las tetas mientras lo hacéis. Eso en mi caso se ha acabado y te sientes con la obligación de avisarle de que tu cuerpo es distinto a lo que quizás imagina. 

He tenido un par de situaciones incómodas con este tema. Yo no he dejado de querer follar por haber perdido mis pechos. No he dejado de querer sentirme viva, libre y feliz por haber sufrido un cáncer. Mi vida se paró un tiempo y ahora quiero recuperarla, no quiero pasarla escondida por dos cicatrices que a ojos del mundo son chocantes pero la realidad es que tienes que enfrentar situaciones incómodas.

Conocí a un par de chicos con los que todo parecía ir de maravilla hasta que supieron que no tenía tetas. Sí, así como lo lees. A uno directamente se le bajó en pleno asunto, de ahí que ahora sienta que tengo que avisarles, y el otro directamente desapareció, no sé si por no poder soportar la idea de no ver dos tetas o por el miedo a cogerle cariño a alguien que ya ha estado enferma una vez y podría morir en cualquier momento (no te sorprendas, esto es mucho más común de lo que parece). 

¿Me dolió? Sí. Me dolió cantidad. Me sentí muy vulnerable y solo deseaba volver a tener tetas. Es algo que realmente puedo hacer sometiéndome a una cirugía en unos meses pero quiero hacerlo solo si me hace sentir bien A MÍ, no por complacer al resto. Por eso me permití sentirme mal y después volví al pensamiento de: “joder, ESTÁS VIVA”.

Que les den a todos los que no quieran acariciar y besar tus cicatrices. Que les den a todos los que sientan miedo de acercarse a ti por si enfermas mañana. Que les den a los que no sean capaces de verte más allá de unos senos. Que les den a los que no comprendan tu dolor. Que les den a los que opinen que tienes que operarte para ser más apta. QUE LES DEN. 

He decidido que no pienso malgastar un minuto de mi preciado tiempo en intentar complacer a los demás. He decidido que quien me quiera, va a hacerlo por quien soy y por lo que aporto, disfrutando de cada centímetro de mí, por más atípico que sea. He decidido que me pondré tetas si yo lo considero y que si no quiero hacerlo, luciré mis cicatrices de por vida porque estoy convencida de que soy mucho más que lo que los demás pueden ver, así como también sé que el que esté dispuesto a amarme lo hará con la misma admiración que yo me amo. 

No hace falta que te extirpen el pecho para sentir esto. No hace falta que sufras un cáncer para priorizar tu vida y tu tiempo. Quiero contarte esto para que tomes esa decisión ya, ahora, en este instante. Tu vida es demasiado tuya para invertirla en complacer las expectativas y sueños de otros. No sabemos lo que pasará mañana, el cuerpo cambia a cada instante, nuestra piel es la cubierta de lo que realmente vale: lo que somos y desprendemos al otro. Así que el que me quiera, que lo haga con o sin tetas. 

Espero que te sirva.

 

Anónimo

 

Envía tus vivencias a [email protected]