Quiero unos putos pantalones.  No sé si paper bag, baggy, palazzo, cargo o qué.  Unos putos pantalones

 

Hace años, elegir una camiseta o un vestido, era relativamente sencillo: color, tejido, corte y tipo de escote; de aquella no había demasiadas opciones, y lo más habitual era que dudases entre cuello redondo, cuello de pico y cuello cisne para cuando hacía frío, pero ¡ay amigas! cuando parecía que ya teníamos controlado qué escote con sentaba mejor para cada ocasión, las alternativas empezaron a multiplicarse como los panes y los peces de Jesucristo, y así, sin apenas darnos cuenta nos vimos teniendo que elegir entre infinitas posibilidades.

Entre el escote halter y el caja, el palabra de honor y el corazón, el escote en U, en V (que gracias a dios que no hicieron todo el abecedario pienso a veces), el cuadrado, el asimétrico, el cowl ¡pero por dios! ¿qué coño es el escote cowl? ¿y el ilusión? vamos hombre, este os lo acabáis de inventar para volverme loca.  ¿Escote lágrima?  Lágrimas las que me caen a mi cuando pienso que lo único que quería era una camiseta guapa que me disimulase un poco estas tetas de molinera que tengo.  Punto.

Ufff lo peor, es que la historia de los panes y los peces no terminó con las camisetas y los vestidos.  Lo peor es que ahora vas a comprarte unos pantalones y preferirías tener que escoger entre el escote barco y el tortuga, que por lo menos, son palabras en español y mal que bien… te apañas. Pero ¿qué me decís de los pantalones?

Con elegir entre tiro alto/tiro bajo y rectos/pitillo/acampanados, yo creo que sería suficiente ¿no? humm pues parece ser que no, así que cada vez que vamos a comprar unos pantalones que nos queden bien, nos disimulen lo que queremos disimular, realcen lo que queremos destacar, y estén bien de precio, echamos la tarde, primero intentando entender a la dependienta que nos pregunta si los queremos straight, skinny, super skinny, Slim o super Slim.

  • Unos que sienten bien, no lo sé–   Le dices sonriendo como te sonríe a ti tu abuela cuando le hablas de influencers, instagramers, y youtubers.

Tarda una eternidad en volver y viene con tal cantidad de pantalones que te cuesta ver piel humana.

  • Mira, te traigo unos high waist que son comodísimos y recogen genial la barriga; unos palazzo que son ideales para cuando quieres un poco más arreglada;  estos flare que vuelven a llevarse un montón, de hecho son los acampanados de toda la vida jajaja (se ríe ella sola mientras tú, sólo piensas en lo poco que te apetece probarte esa montaña de ropa).
  • Gracias- Titubeas tú bastante abrumada
  • Y te dejo también estos paper bag con este lazo que son ideales, estos baggy, unos mom y estos boyfriend perfectos para el día a día. 

Te cierra el probador y escuchas los tacones alejarse.

Puta vida. Pero si tú lo único que querías eran unos pantalones.  Unos pantalones vaqueros cómodos de tu talla.

Al cabo de un rato, escuchas los tacones acercarse y una voz estridente que te pregunta desde fuera que con cual te encontraste más cómoda.

Y mientes, porque no se te ocurre otra opción, y porque no te has probado ni uno sólo de aquellos pantalones.

  • Y tipo leggin ¿no tenéis? 
  • ¡Claro! legging, jegging o joggin, ¿cuál te apetece más?

Puta vida otra vez.  No puede ser verdad.

  • Falda, estoy pensando que lo que me apetece de verdad es una falda.

 

La vetusta bloguera