Que levanten la mano las que sólo conocen dos recetas de espaguetis: a la carbonara y a la boloñesa.
Lo confieso, yo era así hasta que me adentré en el mundillo de la cocina asiática, y poco a poco he ido descubriendo recetas que son una auténtica delicia.
Una de ellas son los tallarines teriyaki, un manjar que probé en mi restaurante chino favorito, y como no pude contenerme le pedí la receta al dueño. No me quedan igual ni de coña, pero están requetebuenos y es una forma genial de variar en nuestra rutina alimenticia.
Sin más dilación, ¡vamos allá!
Ingredientes
La receta que os voy a dar es para una persona, pero podéis adaptarla según vuestras circunstancias.
- Yo suelo usar 3 o 4 nidos de tallarines, pero podéis usar espaguetis o lo que tengáis en casa (estamos de cuarentena y no es plan de ir al super a por una tontería)
- Dos filetes de contramuslo de pollo
- Dos puñados de setas shiitake
- Salsa de soja
- Miel
- Vinagre de arroz o zumo de limón
- Una cucharadita de Maizena
- Aceite, sal y pimienta al gusto
Como veis, es una receta con muy pocos ingredientes. Ah, y podéis sustituir los filetes de contramuslo por pechugas o por cualquier otro ingrediente que os guste.
Procedimiento
Yo suelo empezar con la carne y las setas porque es lo que más tarda en hacerse.
Lo corto todo en daditos pequeños, y lo cocino a fuego medio-alto con una fina capa de aceite de oliva (a veces utilizo aceite de sésamo, que le da un toque diferente).
Mientras tanto, calentamos el agua con sal, y cuando empiece a hervir añadimos los tallarines.
Una vez los tallarines estén cocinados los sacamos con un colador para que no se cocinen demasiado, y mi truco para que no se peguen es añadir un poquito de aceite y menearlo bien.
A estas alturas las setas y el pollo ya deben estar, así que ponemos el fuego a temperatura media-baja. Aquí llega el momento más top de la receta.
En la sartén con las setas y el pollo añadimos un buen chorro de salsa de soja, un poco de miel, y un pequeño chorro de vinagre de arroz o zumo de limón, y dejamos que todo se integre durante un par de minutos. Importante: la salsa de soja NO debe desaparecer. Si desaparece es que habéis echado poca.
Mientras tanto cogemos un vasito y le echamos un poco de agua templada. No os paséis, sólo un par de dedos. Añadimos al agua una cucharadita de Maizena y removemos bien.
Cuando han pasado los dos minutos añadimos a las setas y el pollo la mezcla de Maizena, y veréis como sucede la magia. La salsita empieza a volverse densa y con un aspecto riquísimo. En este punto le ponemos los tallarines y removemos todo bien.
¡Y ya estaría! Podéis espolvorear un poquito de sésamo, que le da un toque muy delicioso.