Me declaro fan de la avena en todas sus formas. Si es que, si además de ser saludable, es económica, accesible y versátil ¿qué más le podemos pedir? Aunque muchas podáis pensar que sabe a cartón, seguro que cambiáis de idea si probáis nuevas formas de prepararla, como esta facilísima receta de galletas con pasas.
Apuntad. Necesitamos:
Una taza de harina de avena (podemos comprarla ya hecha o hacerla nosotras triturando los copos de avena con la batidora y tamizándolos con un colador hasta que quede una harina fina)
Un huevo entero + dos claras
1/3 de taza de leche vegetal (la que uséis)
Una cucharada de miel, sirope de ágave o su equivalencia en el endulzante que utilicéis.
Dos cucharadas de mantequilla de cacahuete (igual que la harina de avena, podemos comprarla preparada o hacerla más saludable triturando los cacahuetes tostados sin sal hasta obtener la mantequilla. Echadle paciencia).
Un puñado de pasas (podemos sustituirlas por chips de chocolate negro)
Canela en polvo
La preparación es apta para dummies. Primero pondremos el horno a precalentar por arriba y por abajo a 180º. En un bol, vamos a batir los huevos y las claras y añadiremos la leche removiendo para que todo se integre. Agregamos la miel o el endulzante y la mantequilla de cacahuete y movemos hasta tener una mezcla homogénea. Ahora es el momento de ir poniendo la harina de avena poco a poco y removiendo bien para que no queden grumos. Por último, añadimos las pasas y la canela.
En una bandeja para horno y sobre un papel vegetal o de aluminio, ponemos la mezcla de las galletas en forma de círculo y que no queden muy juntas unas de otras. A continuación podemos poner más pasas por encima para decorar. Ya solo tenemos que meterlas al horno durante 20’ (depende de cada horno) vigilando para que no se quemen. Cuando veas que las galletas tienen los bordes tostaditos pero sospechas que no están del todo listas, apaga el horno. Se terminarán de hacer con el calor que hay en él y así ahorraremos energía.
¡Y ya está! Una forma muy sanita de comer galletas sin que estén atiborradas de químicos y conservantes. ¿Qué os parecen? ¡Están de muerte lenta!