Me vuelve loca pero tiene 20 años más que yo, ¿tendríamos futuro?

 

Llevo años trabajando en el mismo sitio y hace los mismos años que conozco a Simón. 

Simón es un hombre encantador, es guapo, talentoso, con saber estar, educado, tenaz y resolutivo. Estaba casado pero hace cosa de unos dos años, se separó de su mujer. 

Llevo meses dándome cuenta que me atrae más de lo que debería, ya no es atracción solo a nivel físico, sino que también me encanta las bromas que nos hacemos y el buen rollo que se respira en el ambiente.

Aún y con esas, habían dos cosas que me echaban para atrás de él, una de ellas es el famoso dicho dedónde metas la olla no metas la p...” vaya, por si no lo conocéis quiere decir que donde trabajes no te acuestes con nadie, que después si sale mal tienes que seguir viéndole. 

La otra cosa que me hacía dudar, es que es 20 años mayor que yo, y aunque se conserva súper bien, no sé cómo influirá esto en una relación a largo plazo. 

 

El otro día teníamos la cena de empresa del trabajo y estuvimos todo el rato juntos, así que sentí que quizás también le gustaba.  

Días más tarde, varios habíamos quedado en cenar juntos pero el resto cancelaron a última hora, yo dudé si ir pero finalmente fui, total, ¿qué podía perder? Como mínimo nos echaríamos unas risas. 

Pasamos un rato distendido y hablamos sobre muchos temas que me parecieron interesantes, soy de las que piensan que un cuerpo seduce pero una mente interesante, enamora. 

Se me insinuó en broma un par de veces y aunque tenía mis reservas sobre si lo nuestro podría tener futuro por la diferencia de edad, me lo estaba pasando tan bien que me lancé a la piscina y le besé. 

años

Se quedó un poco sorprendido, porque imagino que no esperaba que diera el paso, pero me devolvió el beso y fue el primero de muchos ese fin de semana. 

No nos engañemos, el sexo en una relación es importante, por lo que quise comprobar cómo era acostarse con alguien con tanta diferencia de edad. 

Estaba en la piscina cuando se acercó con una copa de vino para cada uno, me encantaba lo galán que era en todo momento. 

Se metió en la piscina y dejó la copa en un lado. 

-¿Tienes frío? Tienes la piel de gallina.- Dijo acariciándome el hombro. 

-Un poco, pero ahora se me pasa. 

Se acercó por mi lado y me abrazó. Me hizo un pequeño masaje en las cervicales y me besó el cuello. 

 

  • Tienes las cervicales cargadas, a ver si puedo aliviarte la tensión.- Dijo siendo cariñoso y haciendo presión en las zonas que me dolían. 
  • Deberíamos aliviar tensiones juntos.- Dije mientras me mordía el labio. 
  • ¿Así que quieres aliviar tensiones? ¡Qué juguetona eres! En ese caso, voy a empezar yo.- Dijo con cara pícara.

 

Me cogió por la cintura y me subió al borde de la piscina, me quitó la parte de abajo del bikini, abrí las piernas y jugueteó a lamer los pliegues hasta que llegó al clítoris y lo lamió el círculos. Jugueteó también con sus dedos haciendo presión en el punto G hasta que me corrí en su boca. 

 

  • ¿Aliviada?- Dijo sonriendo. 
  • Un poco sí, después faltará un buen meneo para aliviar la tensión de todo el cuerpo.- Dije guiñando un ojo.

 

Sonrió y levantó las cejas y movió la cabeza con cara de “no tienes remedio”. Le hice señas para que subiera él al borde de la piscina. Le bajé el bañador y empecé a jugar con su polla, que enseguida se puso en pie de guerra. Lamí, succioné y me atraganté con su erección en mi boca. Él se quedó estirado y me dejó hacer. Su cara era de vicio puro, solo de verlo me estaba poniendo a mil. 

 

  • Si sigues así, te vas a quedar sin el buen meneo, tú misma.- Dijo sonriendo entre jadeos. 

 

Paré y salimos de la piscina, me fui hacia la hamaca mientras él fue a buscar un preservativo. Llegó y se colocó entre mis piernas, abrió el envoltorio y se lo puso. 

años

Cuando la noté dentro me di cuenta que me rozaba justo en el punto G, eso no me había pasado nunca. No hará falta que os cuente que me corrí varias veces sólo con la penetración. Duró bastante, por lo que pude disfrutar de cada una de sus embestidas hasta casi enloquecer. 

Al final cuando ya vi que él no podía mas, le dije que se tumbara en la hamaca boca arriba y quise que terminara en mi boca. 

 

Al principio me agobió un poco por si se notaba la diferencia de edad o si más adelante íbamos a ser muy distintos, pero tal y como fue el fin de semana y con lo bien que me cuida, he decidido que quiero seguir conociéndole. Los problemas si tienen que llegar ya llegarán.

La mayoría de las parejas rompen en unos años como mucho, ¿así que para que agobiarme por cómo sería el futuro?

Voy a vivir el presente y si somos de los pocos que sobreviven y están toda la vida juntos, pues ya aprenderemos a gestionar nuestras diferencias.

 

Me he dado cuenta que agobiarse antes de tiempo solo te limita a no poder conocer a personas que te pueden hacer muy feliz. 

 

Oaipa