Estoy enrollada con un chico con novia y me ha pedido que me vaya a «vivir» con él 6 días por semana

 

Muchas me diréis que está mal ser la amante, tanto por la pareja de esa persona, como por una misma, ya que no te estás valorando. 

 

Lo primero no lo discuto, no obstante, en mi opinión no es mi problema si no conozco a la otra persona. Respecto al segundo punto, en mi opinión, depende de lo que estés buscando y si quieres algo más con esa persona.

Si lo que quieres es sexo y desenfreno sin ningún compromiso (ni intención de que lo haya en un futuro) es una buena opción.  

Sólo vas a pasar buenos ratos, va a dar lo mejor de sí mismo en esos momentos para que quieras volver a verle, no te va a molestar con mensajes y mucho menos, va a querer una relación contigo. 

Esa es la teoría, después como todo en esta vida, tiene sus matices. 

En mi caso, llevo meses viéndome con un chico que tiene pareja, le llamaremos Gerard (por ponerle un nombre ficticio y respetar su privacidad).

 

Es un chico alto, guapo, musculado y con unos labios carnosos que quitan el hipo, y creedme que no es lo único que quita el hipo de él, ya me entendéis.

Gerard y yo nos conocimos y rápido surgió la chispa. Nos conocimos en una cafetería, me quemé con el café y chillé. Él que estaba al lado, me preguntó si estaba bien y así empezamos a hablar hasta que acabó dándome su número de teléfono. 

No fue hasta después de acostarnos que me dijo que tenía novia, así que definitivamente, no es un chico de fiar con el que me gustaría tener una relación  en un futuro. 

 

Después de que me dijera aquello, estuve pensando si dejar de verlo, pero siendo sincera, yo no quería nada más allá y era bueno en la cama, así que, ¿por qué no?

El otro día, fui a casa del chico para nuestro típico plan de peli y sexo.

A media película, fue a la cocina, se acercó por mi espalda y me pasó una lata fría por el cuello, di un brinco y cuando me iba a girar para reñirle, sus labios empezaron a seguir el recorrido que había hecho con la lata, haciendo un efecto frío-calor que me puso a 100.

Se recostó a mi lado en el sofá y me quedé mirándolo, iba sin camiseta y con un pantalón corto de deporte que marcaba todo lo que tenía entre las piernas.

 

   –  ¿Qué miras tan detenidamente? ¿Qué quieres «guerra«?– Dijo con una sonrisa.

   – ¿Crees que vengo porque eres buen comentarista de películas?– Dije en tono burlón.

 

Me miró con cara de sorprendido y le dije:

   – ¿Esa cara es porque ya no te gustan mis tetas?- Le dije mientras me subía la camiseta y dejaba a la vista mis pechos. 

   – No es eso, es que… – No le dejé acabar de hablar, le besé y fui acariciando su pecho hasta llegar a su entrepierna. 

chico

Le quité la ropa casi a bocados, juguetee un poco entre sus piernas con mi boca y viendo lo excitado que estaba y su sonrisa, me quité la parte de abajo, le puse un condón y me subí a horcajadas encima suyo.

Me encantaba notarle dentro, mi cuerpo lo acogía por completo y me volvía loca ver cómo se estremecía cuando subía y bajaba encima de su polla. 

Sus manos fueron a parar a mis nalgas y ayudó moviéndose para que la penetración fuera más profunda. 

Nos besamos y sus labios bajaron por mi cuello hasta llegar mis pezones y sin dejar de penetrarme, se detuvo a morderlos y succionar suavemente. 

Empezó a subirme un cosquilleo por la entrepierna y empecé a gemir hasta correrme. 

Acto seguido, aceleró el ritmo y jadeando, se corrió dentro de mí.

 

Nos aseamos y ya sentados en el sofá me dijo: 

   – Antes te comentaba que no es que no me gusten tus tetas, es que también me gusta tu compañía. ¿Qué te parecería venirte aquí a “vivir” 6 días por semana? Todos menos los sábados que es cuando viene Laura.

   – ¿Estás bromeando, no? ¿No tienes suficiente sexo los días que nos vemos? Dije en tono burlón pensando que no lo decía en serio.

   – No es por eso, es por hacernos compañía, total, nos vemos a menudo, así no tienes que ir y venir cada dos por tres. 

   – ¿Y por qué no se lo propones a tu novia?- Dije arqueando una ceja. 

   – ¿Tal mal te parece la idea?- Dijo ya con un tono un poco más seco. 

   – Teniendo en cuenta que tienes pareja, sí. Si quieres compañía y no se lo quieres proponer a tu novia, sería mejor que adoptaras un perrito.- Le dije sin pensar demasiado y estoy segura que sonó borde. 

 

Se quedó con cara de sorpresa total el chico, supongo que pensaba que yo estaba enamorada de él o algo porque nos veíamos a menudo, pero todo lo contrario, no quiero nada más que sexo con él, la convivencia y la rutina, para su pareja. 

chico

Era una situación incómoda y como no quería enfrentarme a ella, le dije que tenía que irme que madrugaba, cogí mi ropa, mi bolso y me fui. 

 

Parece que en todo tipo de relación, sea cual sea, siempre hay uno que piensa más allá que el otro, incluso aunque seas «la otra». 

En unos días le volveré a escribir y depende como vea que está, decidiré si sigo quedando con él o paso página. 

Anónimo