Cuando se anunció que Rocío Carrasco iba a dar una entrevista tras más de 20 años en silencio, donde iba a hablar del distanciamiento con sus hijos, de su divorcio con Antonio David Flores y la mala relación con el resto de su familia, pocos nos podíamos imaginar que íbamos a ser testigos de una historia de terror.

  • Me insultaba. Me decía que era una inútil, que era tonta, que estaba gorda. Y en una ocasión me cogió del pelo y me tiró para abajo, golpeándome con la mesa. No sé el por qué. En ese momento sentí que me quería ir (aunque sabía que no lo iba a hacer) y por otro lado me dije que me levantaba y lo reventaba, pero no hice ninguna de las dos cosas. No sé cómo acabó, no sé cómo empezó. Pero fue a mayores. Él decía que era todo por mi culpa, que yo no merecía la pena y que era una hija de puta. Me insultaba dentro de casa pero fuera, con la prensa, me abrazaba y me daba besos. Al llegar a casa me decía, «estoy haciendo esto por ti, es bueno para ti» y yo lo creía.

  • Cuando nos separamos y me traía a los niños, me decía «te los voy a quitar, hija de puta, voy a hacer que te odien».  Yo he tenido a mis hijos muertos en vida. Yo he tenido que hacer como que no los tengo. Me ha quitado de cuajo lo más importante para mí. Ha hecho que me odien y que tengan esa imagen de mí que es mucho más cruel todavía si cabe. A mí nadie me devuelve el poder ejercer de madre, lo que me he perdido de ellos. Todo lo que por culpa de esta persona he perdido en la vida. Nadie me va a devolver los fin de curso, los reyes, lo que no he disfrutado de ellos. Yo casi que prefiero que sigan creyendo la versión que tienen porque el día que mi hija se de cuenta, todo lo que ha pasado y de quién es su padre, va a ser el peor día de su vida y no me gustaría que sufriera. Ellos también son víctimas de una mente diabólica.

  • Cuando vi que su padre iba a Gran Hermano y mi hija iba a un plató a defenderlo. A hablar de que lo apoyaba por todo lo mal que lo había pasado conmigo, no pude más. No quería seguir aguantando la presión social, de que me llamasen por la calle mala madre, hija de puta. Decidí que no quería seguir viviendo y me tomé un bote de pastillas.  Es una acción egoísta, de la que me avergüenzo pero es la puta realidad. Quiero vivir con lo que me queda porque lo otro ya no lo tengo ni lo voy a tener. Y he decidido hablar para poder seguir viviendo.

No recuerdo un testimonio de un famoso tan heavy desde hace tiempo, aportando testigos e informes médicos. Los que hayáis visto la entrevista reconoceréis en su voz los signos de la ansiedad. Y no pienso ser ni juez ni verdugo con ninguna de las partes porque yo no estuve allí para vivir lo que pasó. Sólo soy una oyente, que ve puro dolor en el rostro de Rocío Carrasco.

Hoy en día somos conscientes de que no hay que tener «un perfil de mujer maltratada» como si hubiese que superar un casting para encontrar en tu camino alguien que te maltrate. Que el maltrato no entiende de posición económica, edad, clase social o inteligencia. Y el maltrato psicológico en concreto es muy invisible y difícil de ajusticiar, cuando suele ser uno de los peores.

Veo un miedo que ha paralizado por completo a una persona hasta el punto de justificarse de estar alejada de todo y ser infeliz. La gente que no tiene relación con la depresión nunca podrá entender la paralización que supone en tu vida, y que ella haya decidido que merece perderlo todo, me parece terrible.

Y algo que generalmente pasa inadvertido y es el escarnio público al que ha estado sometida. No sólo la victimización secundaria que es la que se sufre cuando el sistema institucional pone en entredicho tu relato como fue el caso de Nevenka, sino la victimización terciaria que es cuando la víctima cambia a ser el que provoca el daño. La sociedad en general y los medios de comunicación la tildaron siempre como mala madre y esa victimización nunca terminó en el tiempo.

Y que una persona tan famosa de una emblemática saga familiar utilice un formato de prime time para contar esta experiencia, va a remover el comportamiento de muchos medios de comunicación con respecto a este tema. Ahora el debate está servido.

@LuciaLodermann