Hubo una época de mi vida en que me tomaba todo personalmente y dejaba que cualquier cosa me afectase. En aquel momento era una ruleta rusa de sentimientos, siempre arriba muy alto y luego abajo y otra vez volvía a subir para caer en picado segundos después. Estaba desgastada emocionalmente y me sentía al borde del precipicio.

vida

Sin embargo, sabes que estás curada, que has conseguido la paz mental, cuando te deja de doler lo que los demás dicen de ti, cuando no pueden desestabilizarte porque entiendes que lo que dicen de ti realmente son proyecciones de sus carencias, de sus miedos y angustias mas profundas.

Dejar atrás la hipersensibilidad y reafirmarte en tus valores, en tus puntos fuertes, en tus cosas positivas como forma de seguir avanzando.  El mundo no gira alrededor de nosotros, no todo está planeado para atacarnos y no debemos llevarnos al terreno personal todos los comportamientos de la gente que nos rodea, incluso aunque nos afecten indirectamente.

Cuando conviertes todo en una ofensa y te lo tomas como algo personal, no haces otra cosa que dar el poder al otro de influir en cómo te sientes, en ponerle precio a tu valor, en determinar tu propia esencia.

Y qué liberación cuando lo que eres no está definido por lo que los demás piensen u opinen de ti. Cuando no necesitas que nadie te valide para sentirte tú y puedes ser libre y volar todo lo alto que quieras sin miedo a que los demás opinen sobre tu forma de vivir.

O eres capaz de dejar ir todo aquello que no te hace bien, todo aquello que te causaba estrés: personas, situaciones, relaciones que ya no tenían sitio en tu vida y que no sabías como dejar atrás. Antes intentabas forzarlo todo, ahora simplemente deseas buena suerte de corazón y te vas.

Decir adiós a la ansiedad y respirar profundo por primera vez en mucho tiempo.

vida