Muchas personas consideran que aquellos que sufren de algún trastorno mental, en su mayoría están exagerando o intentando manipularles más no se dan cuenta que realmente viven un infierno en sus mentes. En esta publicación hablo sobre mitos y realidades a los que nos enfrentamos las personas que sufrimos de ansiedad crónica a diario.

“Solo respira, ya pasará”, “¿qué dices? Eso no es tan complicado”, ¿y por eso entras en crisis? De verdad que no te entiendo” son de las frases más frecuentes que uno escucha a diario cuando te enfrentas a una vida llena de ansiedad y un mundo de personas que no lo comprenden. 

 

Vivir con ansiedad no significa sentir un poco de presión ante una situación estresante, es entrar en una crisis por cada cosa que se supone debes hacer en el día y terminar no haciendo nada porque el pánico y el agobio no te abandonan. No es darle demasiadas vueltas a las cosas sino algo que no te permite hacer la más mínima actividad sin analizarla una y otra vez para asegurarte de tener un plan B para cada plan que pueda salir mal.

No es que intentemos controlar cada mínimo detalle de los planes que realizamos, solo buscamos evitar una experiencia que pueda disparar un ataque de ansiedad ya que estos no son nada placenteros.

Cuando sufres de ansiedad crónica diagnosticada, hacer vida “normal” se vuelve todo un desafío. Salir a hacer la compra puede ser un viaje placentero si tienes un plan previo y conoces la tienda o una verdadera pesadilla si han decidido cambiar el orden de los pasillos de tu supermercado habitual y esto hace que la inseguridad salga a flote y el agobio sea tan intenso como el de una persona enfrentando su mayor miedo.

Muchas personas consideran que aquellos que sufrimos este trastorno, exageramos con todo en la vida y que somos unos completos dramáticos, dejando por completo a un lado la empatía y comprensión, haciendo que la “recuperación” o “superación” de las crisis sea aún más difícil. 

La ansiedad hace que las personas se aíslen socialmente, que tengan arrebatos cuando se desencadena un suceso estresante, pueden ser quisquillosas con los planes como he mencionado antes o cancelarlos a último minuto por tener ansiedad a salir de nuestro entorno seguro, muchas veces nos hace irritables y reaccionar a la mínima pero no es por ser maleducados sino porque nos encontramos agotados emocionalmente. Solemos ser impacientes y esto se debe a la hiperactividad de nuestros pensamientos, donde sentimos que estos van muy rápido para un mundo que se mueve tan lento. Nos ponemos un candado en el corazón para bloquear cualquier emoción hacia otros que pueda terminar haciéndonos daño y, en muchas ocasiones, cuando sufres de ansiedad, muchísimos otros trastornos mentales se terminan disparando si no es trabajada. Trastorno Obsesivo Compulsivo que aparece cuando queremos controlar todo; Depresión, generada luego de aislarnos y hundirnos en nuestro propio hueco e incluso el suicidio.

 

No todos los casos de Ansiedad diagnosticados terminan en suicidio, sin embargo, al ser personas que se sienten “incomprendidas”, muchas veces intentan acabar con sus vidas a modo de “callar sus pensamientos” y esto lo sé por experiencia propia. Hace tres años ya que me diagnosticaron con ansiedad crónica y, si bien me ha ayudado a comprender muchas cosas de mi vida, me ha costado mucho salir adelante con todo el meollo que hay en mi cabeza y más aún con este año tan difícil que ha sido el 2020.

Si sufres de algún trastorno mental, primero que nada, no debes sentirte mal contigo mismo ni mucho menos avergonzarte por ello. Hasta las personas más famosas tienen diferentes trastornos y, a pesar de ello, han logrado cumplir sus sueños, lo que significa que tú también puedes hacerlo.

El primer paso, y siempre el más difícil, es empezar algún tipo de terapia bien sea con un Psicólogo, Psiquiatra o incluso con un Life Coach, identificar qué es lo que pasa en tu cabeza siempre es la mejor manera de empezar a comprenderte y aceptarte. Tener un trastorno mental no significa que estás loco, solo te hace un poco más especial que el resto, te hace único y es por ello que identificarlo siempre ayuda.

 

Recuerda que no estás solx en este mundo y que así como tu, muchas otras personas pasamos por situaciones similares por lo cual siempre es bueno leer e investigar, conocer otras historias y perspectivas, conocer cómo otras personas han superado estos problemas y descubrir de qué formas podemos trabajar en nostrxs mismxs para ser una mejor versión cada día de quienes somos en realidad.

Patricia. A. García