La forma en que cada uno vivimos el sexo es un mundo. Somos únicos a nuestra manera y sentimos de forma distinta. Con el sexo pasa lo mismo, y es que, lo que a mí me pone cachonda, para ti puede ser indiferente (o no), y viceversa.

Me gusta profundizar en este tema porque lo que antes se veía como un tema tabú entre la sociedad, poco a poco empieza a normalizarse y se habla de ello incluso con orgullo. Y joder, qué guay. Por ejemplo, hace unos años (tampoco hace muchos, no nos flipemos) a la mujer que decidía no depilarse, se la veía como una guarra. ¿Perdona? ¿Y tú qué coño sabrás sobre mi higiene personal para darte el lujo de llamarme guarra? Ahora por fin se va viendo como algo normal. Vamos, como lo que es. Podría poner mil ejemplos más, pero vamos al grano.

Fetiches

LOS FETICHES. Estos no son ni más ni menos que parafilias que consisten en la excitación a través de un objeto fetiche (o algo por lo que se tiene una especial obsesión y fijación), una parte del cuerpo en concreto, algunas acciones o particularidades que causan tal grado de excitación que nos hacen llegar al orgasmo. Quizá pienses que tú no tienes ninguno (seguro que sí). Te damos tiempo para que pienses. A lo mejor te ponen los fluidos corporales. O… fantaseas con cierta actitud “agresiva” que te pone a cien. A lo mejor sabes lo que te pone cachondísima pero no conoces su nombre técnico. Apunta.

A los fetiches por su nombre

La salofilia es el fetichismo hacia los fluidos salinos proveniente del cuerpo, como pueden ser, por ejemplo: la saliva, el semen, el sudor o la orina. Las personas que se sienten atraídos de esta forma suelen experimentar cierto grado de placer ya sea observando como emanan de la otra persona o jugueteando con ellos. ¿Cómo? Pues amiga… pregúntale a quien sea salofílica/o, pero puede ser chupando esos fluidos, impregnando su cuerpo con ellos o incluso, tragándoselos.

Fetiche salofilia

Un cuerpo, nata, chocolate, champán, lubricantes de sabores… ¡¡y a degustar!! Este fetiche seguro que te suena muchísimo pero no lo conocías exactamente por su nombre. A la práctica de esparcir alimentos o bebidas sobre el cuerpo, sintiendo así placer sexual, se la denomina sploshing. Por cierto, dentro de esta práctica también es muy común jugar con todo tipo de aceites. Embadurnar a tu pareja por todo el cuerpo hasta que esté tan resbaladizo que… bueno, ahí lo dejo. Vosotras ya jugáis como queráis…

Por su puesto, ¿quién en sus años adolescentes no ha perdido las bragas por el malote del insti? (bueno, y de mayor, para qué engañarnos). Pues esto se queda corto para definir el siguiente fetiche: la hibristofilia. Esta parafilia (más común entre las mujeres) la sienten aquellas que se sienten atraídas o excitadas por criminales. Sin importar lo peligrosos que sean. Por eso, aunque no es algo de lo que se hable mucho, hay quienes “idealizan” atracos, secuestros o violaciones. Para que lo entendamos… se sienten atraídas por prácticas o situaciones sexuales donde predomina la fuerza y donde ellas son las sumisas.

Pero porfi, chicas, si sentís cierto fetichismo hacia esta práctica, que siempre sea consensuado con vuestra pareja. Poned una palabra clave de emergencia para parar cuando lleguéis a vuestro límite de aguante o probad las curiosidades del bondage.

Fetichismo bondage

¿Habéis visto alguna vez la típica película donde: ¿Hombre contacta por un anuncio con mujer para comprarle sus bragas sucias? Bueno, pues, esto tiene un nombre y es misofilia.

Aunque algunas no seamos muy receptivas a esta práctica… hay quien se siente tremendamente atraído por la ropa interior sin lavar. Este fetiche es más común entre los hombres que, con frecuencia sienten un gran placer masturbándose mientras huelen la prenda íntima de su pareja.

Seguimos con los olores, y es que, el siguiente fetiche se relaciona bastante con el anterior. En este caso hablamos de la olfactofilia. Es la atracción causada por los olores corporales. No lo confundamos con la salofilia, que era la atracción gustativa o táctil. En este caso las/los olfactofílicos se ponen cachondos con olores fuertes e intensos como el sudor, pero mucho más con los olores provenientes de las partes íntimas de su pareja.

En fin, chiquis, cuanto menos, es curioso conocer los términos técnicos de aquello que nos pone cachondas. Hay miles de fetiches más ¿Habéis sentido cierta coincidencia con alguno? ¿tenéis otro fetiche? Sea como sea… ¡que viva el sexo, sus parafilias y particularidades! Y recordad, nadie es ni más ni menos raro por aquello por lo que se siente atraído. Simplemente son formas distintas de disfrutar de la vida sexual. Y qué bien.