Bueno, antes de nada tengo que confesaros que tengo una autoestima pésima, que me quiero más bien nada, que tengo casi 30 años y que sigo siendo virgen porque soy incapaz de tener algo con alguien. Me entra pánico, creo que es una especie de trauma y encima es que creo que no me gusta el sexo, sé que no lo he probado, pero es que no me llama para nada la atención. Cada vez que mis amigas hablan del tema a mí o me da igual, o me da asco, o me siento fatal por no compartir esa pasión con ellas.

He leído varios artículos sobre la asexualidad, la bisexualidad, la homosexualidad, la sapiosexualidad y cualquier cosa que tenga que ver con la sexualidad y no termino de encajar en ninguna descripción, no sé qué es lo que pasa conmigo. No, no he ido al psicólogo nunca porque me da una vergüenza terrible, amen de que no lo termino de considerar problema porque yo vivo tan tranquilidad, a excepción de incómodos momentos sociales, como cuando estamos jugando al ‘yo nunca’ en cualquier noche de copas y quiero que la tierra me trague sin piedad.

Vale, pues dentro de toda esta vorágine hay un chico que me hace caso, que me habla muy de vez en cuando para que nos peguemos 4 morreos e intentar algo más que nunca llega a nada porque me entra el canguelo y no puedo. El caso es que es el único chico en el que pienso, al que le escribo y del que le hablo a mis amigas. Llevo en esta situación desde que tengo 20 años, o sea, que dentro de nada hacemos la decena haciendo el subnormal.

El caso es que no me termina de gustar del todo, es un poco tonto, sé que solamente me llama cuando está borracho y no tiene a nadie más a quien recurrir, pero es como que a mi con eso me basta. No pretendo casarme con él, ni ser su novia, ni siquiera follármelo, porque sé que no puedo dejar que nada entre ahí en mi bendito chocho. Por eso me conformo con las (¿)migajas(?).

Él sabe perfectamente lo que hay y yo también, a él le interesa y a mí también. Hemos entrado en un código absurdo en el cual los dos hacemos lo mismo de siempre y parece que no nos hace daño, tampoco nos reporta una gran alegría, pero sí que no da salseo a la vida, al menos a mí. Si no fuera por él no tendría ni de qué hablarles a mis amigas. Sé que suena triste, pero si os dijera otra cosa mentiría.

El caso es que este verano me he enterado de algo con lo que estoy flipando mucho y a la vez no. Se está liando con mi prima hermana, no es que la quiera muchísimo, no es mi prima favorita ni de lejos, pero sí que como con ella un par de veces al mes y nos contamos qué tal nuestros respectivos curros. Es una prima neutra, para que nos entendamos. Según me han dicho tampoco follan, sí que han pasado a segunda fase, dedos y pajas, pero no han llegado a follar del todo porque mi prima tampoco quiere, la maldición de las Castro, parece ser.

El caso es que él no me ha dicho nada, tampoco es que tenga que darme explicaciones, pero vamos, nos liamos tres o cuatro veces al año, desde hace casi diez años, qué menos churri. El caso es que sé que me debería molestar, pero la realidad es que me la suda, asumo que como con ella estará con otras siete u ocho. Hay mira, no sé. Creo que me estoy volviendo un poco loca. Sé que debería enfadarme, mandarlo a la mierda y dejar de quedar con gente que me la suda solo para darle un poco de marcha a mi vida, pero es que no puedo dejar de hacerlo.

Sé que estoy un poco de la olla y que todo esto suena a movida de niñata de 15 años, de verdad que lo sé. Pero tengo que arreglar mi vida y no sé ni por donde empezar, en el tema del amor no he madurado ni un poquito desde que tengo 12, me he quedado ahí estancada. Igual debería hacerme fuerte, ser consciente de que me la sudan las relaciones de pareja y dejarme ser yo misma, dedicarme a mis matemáticas y ser feliz, pero es como que tengo la presión social de tener alguien con quien intercambiar fluidos, aunque sean bucales.

Ma caigo fatal, de verdad de corazón.